Descubra el secreto africano para el orgasmo femenino

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“Kunyaza es una técnica sexual desarrollada y practicada principalmente en África Central (en algunas regiones de Ruanda, Congo, este de Uganda y este de Tanzania) para promover poderosos orgasmos femeninos en relaciones heterosexuales, sin perjuicio de que en relaciones homosexuales femeninas.

La misma parte de la estimulación del glande a través de los dedos u otro objeto estimulante.

La palabra Kunyaza, original de pueblos de Rundi (Ruanda), deriva del verbo kunyaàra que significa tanto 1) orinar, cuanto 2) el acto de la eyaculación femenina resultado de la práctica.

En el Kunyaza, la mujer puede expulsar un litro o más de líquidos vaginales (!!!), por lo que el término también puede significar “sexo mojado o húmedo”.

Según el folclore popular dicha técnica se remonta a la Tercera Dinastía, cuando una reina escogió a un guardia real para tener relaciones sexuales, y éste, muy nervioso con tal responsabilidad, sufrió un gatillazo, pero desarrolló un método alternativo para satisfacerla: friccionando el glande de su pene contra los labios grandes y pequeños y también el clítoris de la reina.

Según el profesor Bizimana, el Kunyaza viene de una larga tradición. Personas de más de 70 años entrevistadas en 1986 ya afirmaban que sus abuelos lo practicaban, lo que significa que la práctica tiene al menos 150 años.

En el kunyaza la mujer es la reina. Ella participa cooperando con la pareja escogiendo los estímulos que desea recibir y la intensidad del ritmo que será empleado, así como comunicando al otro qué partes de su vagina responde mejor a los estímulos.

El kunyaza puede ser practicado en diferentes posiciones. Además, existen por lo menos dos tipos de estimulación: la externa y la interna.

En ambas, el hombre se centra en estimular simultáneamente diferentes zonas erógenas femeninas localizadas en la región genital. Recordando que todo nuestro cuerpo es erógeno, caricias complementarias en otras partes del cuerpo serán más que bienvenidas.

Estimulación externa

Durante la práctica más sencilla del kunyaza (la externa), el hombre fricciona en ritmo continuo el clítoris con la cabeza de su miembro erecto, el cual puede sujetar con la mano o entre los dedos indicador y corazón, moviendo en igual velocidad de arriba abajo o de un lado para otro, pasando (sin llegar a penetrar) por toda la extensión de la vulva.

Eventualmente, puede hacer también movimientos circulares, tanto en sentido horario como anti-horario. El clítoris y los grandes y pequeños labios vaginales también pueden ser estimulados mediante movimientos de zigzag.

Inicialmente la fricción puede causar cierta molesta si la zona no se halle debidamente lubricada. En dicho caso, es recomendable usar un lubricante o la saliva. Naturalmente, todo debe hacerse con cuidado y delicadeza.

Solo la puntita

Solo la puntita

La práctica no acaba ahí: después de la lubrificación vaginal realizada con los preliminares, el hombre penetra su pene de forma normal, pero sin llegar a introducirlo del todo. Así el pene también está lubricado para volver a la práctica anterior: con el pene entre las manos realizando la estimulación externa.

Repito: no hace falta emplear fuerza, es cogerle el truco… En ocasiones una caricia, muy suave, casi imperceptible, despierta terremotos; mientras caricias muy intensas pueden ser incluso dolorosas.

Según se va humedeciendo la vagina, el hombre repite los mismos movimientos circulares en la apertura de los labios menores. A continuación, este mismo movimiento se extiende abarcando el clítoris, los labios menores y la apertura de la vagina.

En este momento, el hombre continúa rozando su miembro desde el comienzo del cuerpo del clítoris(no solo la parte externa que “sale” del clítoris, ¿me entendéis?) hasta el margen inferior de la apertura vaginal.

Estimulación interna

Aquí, el hombre sujetando el pene con la mano, hace movimientos intravaginales horizontales, verticales y circulares, centrándose en estimular directamente las paredes del canal vaginal, lo que generalmente produce más placer que la penetración tradicional.

El hombre puede subir aún más la temperatura si alterna penetraciones superficiales y profundas, lo que en Ruanda llamarían respectivamente gucuga y gucumita.

Tanto en la estimulación interna como externa, el ritmo y la fuerza de los movimientos es lenta y delicada, y van in crescendo de acuerdo con el progresivo incremento de excitación y lubrificación de las áreas en cuestión.

Durante el kunyaza, generalmente la mujer produce y expulsa una gran cantidad de líquidos, que termina por lubricar también el pene del varón.

En Ruanda, el término usado para la orina es inkari, mientras que para el líquido segregado durante el kunyaza es amavangigo o ibinyare. Mientras el primero es descrito como un líquido amarillo, el expulsado en el kunyaza se describe como una secreción transparente o ligeramente blanquecina.

La consistencia y el olor también difieren: mientras la orina siempre es aguada, y posee un fuerte olor a amonio, el amavangigo puede ser más espeso, levemente pegajoso, y por lo general inodoro.

Debido a la cantidad de líquido expulsado, este tipo de sexo es frecuentemente caracterizado por el sonido que evoca alguien golpeando el agua con la palma de las manos.

Por ese motivo, para insinuarlo específicamente, el pueblo de Ruanda cuenta con la expresión “perro que bebe agua”.

Nota tomada de Noticias24.com

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