En Buenos Aires joven venezolana fue drogada y violada en su primer día de trabajo por su empleador

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Una joven venezolana fue drogada y violada en un local comercial de Buenos Aires: era su primer día de trabajo. La policía encontró al agresor intentando ponerle la ropa a su víctima. Y pese a todo, una jueza lo dejó en libertad y le imputó el delito de “abuso sexual simple”.

Su verdadero nombre es Irineo Humberto Garzón Martínez, aunque se haga llamar Santiago Martínez o haya usado algún otro nombre. Irineo Humberto Garzón Martínez es un violador. Fue encontrado prácticamente en flagrancia cometiendo una violación y sin embargo, la justicia argentina decidió dejarlo en libertad con un argumento a todas luces absurdo. Ahora su víctima debe esconderse. El victimario está libre. Hay un escándalo en Buenos Aires y una joven venezolana -y su familia- destrozada.

La venezolana, 18 años casi recién cumplidos, necesitaba trabajar: su padre sufrió un ACV y está internado en un hospital. Son inmigrantes. Y hay que producir ingresos. Así que ella asistió el sábado 23 de enero a Paso 693, en el barrio de Balvanera, a un local de venta de uniformes llamado «Garzón» para su primer día de trabajo.

A Thaís, su mamá, algo no le terminaba de gustar: “Él la invita a cenar un día antes y ella lo rechaza. Le escribo yo (al empleador) y le digo que la relación de ellos tenía que ser laboral y me dijo que sí, que viniera el sábado. Cuando se iba le dije que me mandara la ubicación del lugar, datos de su jefe y fotos de la fachada (del local) ni bien llegue ahí. Porque, era extraño que un empleador te pregunte si tienes novio, si eres soltera”.

Eso contó en un programa de Telefe. Y su intuición no falló.

En ese mismo programa -citado por la web OpinionFrontal- Thaís contó que cerca de la 1:50 recibió un mensaje de su hija en el que le decía que tenía miedo. Así que llamó a la policía y salió ella misma a buscar a su hija.

Al llegar los agentes el local estaba cerrado y con las persianas bajas: “Empezaron a golpear pero nadie contestaba. Yo estaba desesperada porque sabía que algo estaba pasando, que mi hija estaba adentro”.

El diario La Nación ofrece otros detalles, contados por la propia víctima en su declaración posterior: «Según contó la joven, durante la jornada de trabajo, el acusado le ofreció varias veces ‘un vaso de gaseosa o de jugo’, y finalmente aceptó tomar algo cerca del mediodía».

Luego de tomar un vaso de agua, se sintió mareada. Fue entonces cuando le mandó el mensaje a su mamá -que se encontraba relativamente cerca, en el hospital con su esposo- y llamó a su hermana.

Y esto fue lo que ocurrió, de acuerdo a La Nación: «Tras llamar varias veces, la policía ingresó, detuvo al hombre y hallaron a la joven tirada sobre una escalera en el fondo del comercio, con el torso semidesnudo y supuestamente bajo los efectos de psicotrópicas». Garzón Martínez intentaba, torpemente, ponerle la ropa nuevamente.

El violador intentó escapar y le encontraron unas pastillas con las cuales se presume drogó a la joven venezolana.

A Thaís no la dejaron entrar al lugar mientras se llevaba a cabo el procedimiento policial: “Fue muy escalofriante para mí. Nunca me imaginé ver a mi hija en este estado. Muy doloroso de verdad. Sacaron a mi hija drogada, le salía espuma por la boca”.

El video de ese momento comenzó a circular este miércoles en medios y redes sociales.

Y también la indignación.

La defensa del violador pidió su excarcelación alegando que GarzónMartínez no tenía antecedentes criminales y posee domicilio fijo. Y pese a que cometió un acto de abuso sexual premeditado y fue capturado junto a su víctima, a la jueza -sí, jueza- le pareció que estaba bien la solicitud: «No hay de momento elemento alguno que lleve a presumir que el acusado intentará eludir el accionar de la Justicia, ni que su detención se erija como necesaria para neutralizar el entorpecimiento del trámite del proceso».

Eso decidió la jueza. Mujer. Sobre un violador. Fue imputado por abuso sexual simple por la jueza Karina Zucconi.

La Fiscalía, por supuesto, solicitó revocar esa medida de excarcelación. Es un proceso que está en curso y a la espera de respuesta.

Mientras tanto, la víctima sabe que su agresor está libre. Que tiene todos sus datos, sabe dónde vive y quién es su familia.

«Está muy mal. Aunque por suerte no recuerda la violación, ella sabe lo que le pasó. Tuvo a su victimario de frente, colocándole la ropa, y eso ya es un trauma. Tiene días que no come, ya no es la misma».

Hay una convocatoria para protestar y exigir cárcel para el agresor hoy jueves a las 11 de la mañana -hora de Argentina- justo frente a «Garzón».

El Estímulo

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