El diente de león tiene propiedades regeneradoras, antiinflamatorias y digestivas, entre otras, y se utiliza desde hace muchos años para tratar varias dolencias físicas, sobre todo trastornos digestivos.
Según una publicación hecha en Cambridge University Press, es una fuente de diversos nutrientes y sustancias biológicamente activas. Además, sus raíces y hojas contienen vitaminas (complejo A, K, C y B), minerales (calcio, magnesio, potasio, zinc y hierro), micronutrientes, fibra, lecitina y colina.
Ahora bien, las raíces del diente de león son ricas en oligofructanos, que se conocen como prebióticos, los cuales actúan como fuente de carbono y energía para estimular las bacterias intestinales. Por eso, dentro de sus beneficios se encuentra ayudar a reducir el estreñimiento y proteger afecciones digestivas como hemorroides y diverticulosis, según el portal especializado en salud, Tua Saúde.
De hecho, ofrece propiedades relajantes y calmantes para aliviar problemas circulatorios externos o periféricos como es el caso de las varices y las hemorroides o almorranas, según el portal Mejor con Salud. En estos casos, se recomienda realizar baños de asiento con el líquido resultante de la decocción de un puñado de hojas de diente de león, o bien pasar una bola de algodón embebida en el té. También beber el té en el día.
Té de diente de león
Colocar el agua y 1 cucharada de raíces de dientes de león en una olla y llevar a ebullición, dejar hervir durante 5 minutos.
Luego, retirar del fuego y dejar reposar por 5 minutos.
Por último, colar y beber cuando esté tibio.
Se recomienda beber este té 3 veces al día.
Con información de SEMANA.COM