En un hecho histórico que nos atañe, hoy debemos mencionar de nuevo en estos breves escritos a Henry Charriere (a) Papillón, y es que para quien haya leído su famosa obra literaria podría, pensar que las aventuras vividas por este personaje serían irrealizables para un ser humano común y corriente, pero no es así.

De la tenebrosa Isla Del Diablo fueron varios los reclusos que al igual que Charriere, lograron escapar, y no solo eso, sino que su refugio inmediato fue nuestro suelo uniéndose a muchos de sus conciudadanos que buscando mejores condiciones de vida, emigraron a esta tierra aunque su comportamiento en diversas oportunidades alteró el orden público lo que ameritaba la intervención oficial, y es así como.

En un documento de fecha 4- 7- 1823 que reposa en el HIRCOPAIDEC, dirigido por Francisco Bermúdez Intendente del Departamento del Orinoco,   al Gobernador de la Provincia de Guayana solicitando “que se reforzará en el cumplimiento de medidas oportunas, para evitar el mal comportamiento de los migrantes”.

En relación con los evadidos, Venezuela y GUYANA tenían un acuerdo para que fueran capturados y enviados de nuevo al presidio, para ello un barco de bandera Francesa llamado El San Lorenzo, con cierta frecuencia anclaba al lado de la playa La Cocuyera en esta misión. La identificación de los evadidos era fácil porque al ingresar al penal eran tatuados en sus brazos con una Flor de Liz.

Pero los que lograron evadir la captura se quedaban en esta ciudad donde al parecer su subsistencia provenía de lo que devengaban por la limpieza de los escusados o retretes, en esa época no existían los Waters, aun en los años cuarenta se les conocía con el apelativo de Cayeneros Bota Mier…

Ismael Morales