Steve Ngulu, veterinario que estuvo a cargo del animal hasta su muerte, califica su partida como “un testimonio del fracaso humano”. La gran pregunta es si con él muere la especie.
A sus 45 años este martes murió Sudán, el último rinoceronte blanco del norte macho en el mundo. La muerte fue anunciada este martes por sus guardianes después de semanas de luchar contra una infección que deterioraba la salud del animal.
Hacía tiempo que, debido a su avanzada edad, sufría complicaciones de salud que paulatinamente deterioraban su cuerpo. Un tratamiento con antibióticos había parecido ayudar al rinoceronte a recuperarse pero luego su estado continuó agravándose hasta el punto en que el cuerpo veterinario que lo cuidaba, tras 24 horas de empeorar significativamente, decidió practicarle la eutanasia.
Ahora sólo quedan con vida dos hembras de esta subespecie, la hija y nieta del macho muerte, que habitan la misma reserva donde se hallaba Sudán. Estas dos sobrevivientes son incapaces de concebir crías: una de ellas es estéril y la otra “no es físicamente capaz de llevar un ternero a término completo, pero la última palabra para la continuidad de la especie no está dicha.
Científicos conservacionistas a cargo del cuidado de los rinocerontes ya han recolectado el material genético (esperma) tanto del fallecido Sudán como de las dos hembras para poder eventualmente utilizarlos para su reproducción artificial.
Segun Steve Ngulu, veterinario que estuvo a cargo de Sudán, al parecer la única opción que se tiene para tener un bebé rinoceronte blanco puro del norte es recuperar o recolectar óvulos de las hembras (algo que nunca se ha hecho y puede poner en peligro a las únicas hembras de esa especie) y logran su unión de forma asistida con el esperma de Sudán.
