En un contexto económico nacional particularmente adverso, los trabajadores de la región Guayana conmemoran su día en medio de una creciente incertidumbre.
La combinación de una prolongada crisis económica y una imparable subida del dólar estadounidense ha erosionado significativamente el poder adquisitivo de los salarios, sumiendo a miles de familias en una situación de vulnerabilidad.
Desde diversos sectores productivos, se escuchan las voces de empleados y obreros que denuncian la insuficiencia de sus ingresos para cubrir las necesidades básicas. «Cada día que pasa, nuestro sueldo vale menos», comenta, enfermera del Hospital Universitario Ruíz y Páez, que no quiso ser identificada, «La hiperinflación y la dolarización de facto nos obligan a hacer malabares para alimentar a nuestros hijos».
«No podemos seguir siendo los sacrificados de esta crisis», afirma trabajador informal que no quiso ser identificado, del sector minero, «Necesitamos salarios justos, seguridad social y respeto a nuestros derechos laborales.
La riqueza de esta tierra debe traducirse en bienestar para quienes la trabajamos».
La dolarización de la economía, aunque en algunos sectores ha ofrecido un respiro parcial, no ha logrado mitigar la angustia de la mayoría de los trabajadores que perciben sus ingresos en bolívares, una moneda cada vez más devaluada.
Ante este panorama, el futuro cercano se presenta desafiante para la fuerza laboral de la región.
El último aumento del salario mínimo en Venezuela se realizó el 15 de marzo de 2022, cuando se fijó en 130 bolívares mensuales, lo que significa que los trabajadores venezolanos han experimentado un período prolongado sin ajustes salariales.
En este sentido, se espera que este 1 de mayo el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, decrete algunas reformas importantes que den oxígeno al salario del venezolano y posibles medidas económicas que se puedan implementar para mejorar los sueldos de los trabajadores.
Mirladys Marcano (Pasante)
