El presidente Donald Trump ha indicado que no descarta la posibilidad de deportar al magnate tecnológico Elon Musk de Estados Unidos. Al ser preguntado por un periodista sobre esta opción, el presidente Trump respondió: «No lo sé. Tendremos que echarle un vistazo».
Musk se convirtió en ciudadano estadounidense en 2002, lo que implica que cualquier intento de deportación requeriría pruebas de fraude en su proceso de naturalización.
Además, el presidente Trump sugirió la posibilidad de someter al empresario al escrutinio del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad que el propio Musk había dirigido hasta finales de mayo. «Quizás tengamos que ponerle el DOGE a Elon. ¿Sabes qué es DOGE? DOGE es el monstruo que podría tener que regresar y comerse a Elon», declaró el presidente a la prensa.
Trump también comentó que el propietario de Tesla y SpaceX «está molesto por perder su mandato de vehículos eléctricos», pero señaló que Musk «tiene mucho más que perder que eso». El presidente incluso sugirió que Musk podría verse forzado a «cerrar el negocio y regresar a Sudáfrica».
Estas declaraciones se producen en un contexto de críticas previas del presidente Trump hacia Musk, especialmente por sus objeciones al ambicioso ‘Gran y hermoso proyecto de ley’ (‘One Big Beautiful Bill Act’) del presidente, que busca, entre otras cosas, la mayor reducción de impuestos en la historia del país.
En una reciente publicación en su cuenta de Truth Social, el mandatario afirmó que el empresario sabía, «mucho antes» de respaldarlo para llegar a la Presidencia, que Trump estaba en contra de las políticas de vehículos eléctricos. El proyecto de ley promovido por Trump también pretende acabar con todos los subsidios «verdes» y «revertir los requisitos para vehículos eléctricos que permiten a activistas climáticos radicales establecer estándares energéticos estadounidenses».
Con información de agencias.-
