El nuevo informe Drought Hotspots Around the World 2023–2025, elaborado por el Centro Nacional de Mitigación de Sequías de EE. UU. (NDMC), en colaboración con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (Cnuld), y la Alianza Internacional de Resiliencia a la Sequía (IDRA), evidencia que, desde 2023, el planeta Tierra enfrenta los episodios de sequía más intensos y generalizados jamás registrados.
“Estudiar los efectos de la sequía y saber que seguirán produciéndose a menos que los países del mundo actúen subraya la urgencia de un desarrollo resistente a la sequía”, afirmó la coordinadora de Impactos de la Sequía en el NDMC, Kelly Helm Smith.
Entretanto, el secretario ejecutivo de la Cnuld, Ibrahim Thiaw advirtió que “La sequía es un asesino silencioso. Se infiltra, agota los recursos y devasta vidas a cámara lenta. Sus cicatrices son profundas”.
“Cuando la energía, los alimentos y el agua se van a la vez, las sociedades comienzan a desmoronarse. Esa es la nueva normalidad para la que tenemos que estar preparados”, añadió. Este informe ofrece, según sus autores, una descripción completa de cómo las sequías agravan la pobreza, el hambre, la inseguridad energética y el colapso de los ecosistemas.
Datos de fuentes diversas
El trabajo sintetiza información de cientos de fuentes gubernamentales, científicas y de medios de comunicación para destacar los impactos en los puntos críticos de sequía más graves en África (Somalia, Etiopía, Zimbabue, Zambia, Malawi, Botsuana, Namibia), el Mediterráneo (España, Marruecos, Turquía), América Latina (Panamá, cuenca del Amazonas) o el sudeste asiático.
El Centro Nacional de Mitigación de Sequías utiliza servicios de monitoreo de medios para recopilar noticias relacionadas con la sequía. La ventaja es que los impactos pueden registrarse casi en tiempo real y, a menudo, se verifican mediante entrevistas con expertos, comunicados oficiales u otras fuentes de datos.
«Usamos nuestros archivos de noticias de 2023 a 2024 para evaluar qué países registraron más impactos según la cobertura mediática. A partir de ahí, los dividimos por región para asegurar una representación geográfica equilibrada”, declara a SINC Paula Guastello, investigadora del NDMC y coautora del informe.
Persistencia en puntos críticos del planeta
En esta última, el informe destaca que España experimentó una caída del 50 % en la cosecha de aceitunas en 2023, lo que duplicó el precio del aceite de oliva; en Marruecos, la sequía diezmó la población ovina y llevó a cancelar sacrificios religiosos por falta de animales; y Turquía sufrió el colapso de acuíferos subterráneos y socavones peligrosos que afectan a comunidades enteras.
“Elegimos un país representativo de cada continente en la cuenca mediterránea para mostrar la diversidad geográfica, sociopolítica y climática. Aunque varios países sufrieron impactos importantes, España, Marruecos y Turquía fueron los más destacados en nuestra cobertura de Europa, África y Asia”, indicó Guastello.
Según la investigadora, Europa se calienta más rápido que el promedio mundial, y las consecuencias de la sequía que se observan en estos países mediterráneos altamente desarrollados demuestran que ninguna nación es inmune.
“Encontramos un informe que indicaba que en algunos pueblos de Cataluña se pierde hasta el 80 % del agua debido a fugas en el sistema. Este dato, en una economía tan desarrollada como la española, es muy preocupante. También vimos que en Ciudad de México se pierde hasta el 40 % del agua, y en algunas comunidades de EE.UU. hasta el 60 %. ”, subrayó.
Mujeres y niños, los más afectados
Mujeres, niños, personas mayores, pastores y agricultores de subsistencia se encuentran entre los grupos más desfavorecidos. “Quizás el problema más urgente que enfrentan las mujeres y niñas durante las sequías es el matrimonio forzado, especialmente el infantil. Esta práctica, que afecta principalmente a niñas menores de 18 años, es una violación de los derechos humanos y socava su salud, educación, seguridad y autonomía”, señaló Guastello.
Sin embargo, en regiones del este de África, los matrimonios infantiles forzados se duplicaron, ya que algunas familias vieron en la dote una estrategia de supervivencia ante la pérdida de medios de vida. En el caso de Etiopía, pese a estar prohibidos, estos matrimonios aumentaron considerablemente en las zonas más afectadas por la sequía.
Asimismo, los riesgos para la salud pública aumentaron, con brotes de cólera, desnutrición, deshidratación y exposición al agua contaminada. “También es crucial proteger el derecho de las mujeres a poseer tierras, emprender y trabajar fuera del hogar. Aunque producen el 80 % de los alimentos en países en desarrollo, solo poseen menos del 20 % de la tierra a nivel mundial”, añadió.
“Esto las hace más dependientes económicamente y vulnerables a eventos climáticos extremos. Diversificar sus fuentes de ingreso es vital en un contexto de clima cada vez más impredecible”. Estudios científicos previos demuestran que cuando las mujeres son propietarias de tierras, mejora la nutrición del hogar, aumenta la inversión en educación y las familias se vuelven más resilientes económicamente.
El Niño agrava la emergencia climática
La crisis se intensificó entre 2023 y 2024 con la llegada del fenómeno de El Niño. “Fue una tormenta perfecta”, explicó Helm Smith. “El Niño echó más leña al fuego del cambio climático, agravando los efectos para muchas sociedades vulnerables y ecosistemas más allá de sus límites”. Este fenómeno también hace que los costes económicos se disparen. El coautor del informe, Cody Knutson, afirmó que “una sequía hoy puede costar al menos el doble que en el año 2000, y se prevé un aumento del 35 % al 110 % para 2035”.
Knutson además recomendó «incentivar o promover la conservación del agua en la agricultura, incluyendo la transición hacia cultivos que requieran menos agua y el uso de técnicas de riego innovadoras. El riego por inundación, por ejemplo, es común pero muy ineficiente, y puede reemplazarse con métodos más modernos para ahorrar agua”.
Con información SINC
