Después de casi dos décadas, la aclamada actriz Jennifer Aniston, de 56 años, ha decidido hablar abiertamente sobre uno de los momentos más difíciles y mediáticos de su vida: su divorcio de Brad Pitt y el subsecuente «triángulo amoroso» con Angelina Jolie. En una sincera entrevista con la revista Vanity Fair, Aniston reflexiona sobre el dolor, la exposición mediática y la sanación personal.
«Es una pena que haya tenido que pasar, pero pasó. Y vaya si me lo tomé como algo personal», confiesa la estrella, admitiendo que a pesar de la fama, la ruptura fue una experiencia profundamente humana y dolorosa. Aniston describe cómo su vida privada se convirtió en una «telenovela para tabloides», lo que aumentó la presión y el escrutinio público.
El Arte como Terapia: The Break-Up
Aniston revela que su carrera se convirtió en un refugio durante ese periodo. La filmación de la comedia romántica The Break-Up (2006), lanzada poco después de su divorcio, fue una forma de catarsis. «Sabía que me beneficiaría emocionalmente, como ser humano», explica, señalando cómo la película reflejaba su propia realidad y le permitió procesar sus emociones en un entorno controlado. Este proceso la llevó a consolidar una filosofía de vida y profesional más fuerte: «En mi trabajo no tengo miedo: sé mi valor».
Amistades, Alianzas y una Nueva Etapa
Hoy, Aniston mantiene una relación amistosa con Brad Pitt e incluso conversa sobre él con su otra expareja, Gwyneth Paltrow, un signo de su resiliencia y madurez. «Somos chicas. Siempre intercambiamos consejos», revela, destacando la importancia de sus alianzas femeninas en Hollywood, las cuales considera «maravillosas» y una fuente vital de apoyo.
En su vida personal, la actriz ha encontrado la paz junto al hipnotista Jim Curtis, de 49 años. Juntos, comparten retiros de bienestar en Mallorca y prácticas de manifestación.
Su relación, que se puede vislumbrar a través de sus interacciones en redes sociales—donde él publica afirmaciones como «Repite: libero el dolor del pasado»—, ha marcado lo que la propia Vanity Fair ha calificado como su «era zen». Esta nueva etapa está simbolizada por su portada en la revista, que muestra a una Aniston serena, en paz consigo misma y consciente de su propio valor.
Con información de agencias
