El primer ministro de Francia, François Bayrou, presentó este martes su dimisión al presidente Emmanuel Macron, después de que una moción de confianza sobre su Gobierno fuera rechazada por la Asamblea Nacional. La decisión llega tras la polémica generada por la propuesta de Bayrou de implementar recortes significativos al gasto público, una medida que buscaba controlar el creciente déficit y la deuda del país.
Bayrou, llegó al Palacio del Elíseo a la 1:30 p.m. y se reunió con el jefe de Estado, quien aceptó su dimisión y se comprometió a nombrar a su sucesor en los próximos días.
La causa: Recortes al gasto público en medio de una crisis económica
El voto de censura contra el primer ministro fue el resultado directo de su plan de austeridad. A mediados de julio, Bayrou presentó el proyecto de presupuesto para 2026, que contemplaba recortes por un total de 44.000 millones de euros. La propuesta, vista como necesaria para sanear las finanzas públicas, generó un amplio rechazo social y político.
Las cifras económicas de Francia muestran un panorama desafiante. El déficit del país alcanzó el 5,8 % del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado. Además, la deuda pública se sitúa en 3,346 billones de euros, lo que representa el 113,9 % del PIB, una de las más altas de la eurozona.
Posibles sucesores y el futuro político de Macron
Tras la dimisión, varios nombres suenan como posibles candidatos para suceder a Bayrou. Entre ellos se encuentran figuras políticas de peso como el ministro de Justicia, Gerald Darmanin, quien ha servido en casi todos los Gobiernos de Macron desde 2017. Otros candidatos notables incluyen al ministro de Economía, Eric Lombard, y al líder del Partido Socialista, Olivier Fauré. La ministra de Salud y Trabajo, Catherine Vautrin, es la única mujer que figura en la lista.
Este revés político pone en evidencia las dificultades que enfrenta el presidente Macron para gobernar. Su coalición, Juntos, no logró la mayoría absoluta en las elecciones legislativas de 2024, lo que ha llevado a una fragmentación en el poder legislativo y ha complicado la aprobación de reformas clave a nivel nacional. Si bien Macron, mantiene un control sustancial sobre la política exterior, sus ambiciones en el ámbito doméstico se ven cada vez más obstaculizadas.
Con información de agencias
