El Gobierno de Panamá, bajo la dirección del presidente José Raúl Mulino, anunció la restauración de las relaciones consulares con Venezuela, una medida enfocada en la asistencia humanitaria y la gestión de la crisis migratoria regional.
El presidente Mulino, aclaró que esta decisión no implica la reanudación de las relaciones diplomáticas plenas, las cuales permanecen suspendidas. «La crisis venezolana se agrava y la ruptura de relaciones completas tuvo múltiples consecuencias», explicó Mulino. «No hemos restaurado las relaciones diplomáticas, pero sí las consulares por motivos humanitarios».
Esta medida estratégica busca facilitar el retorno de los migrantes venezolanos que, tras un intento fallido de llegar a Estados Unidos, ahora se encuentran en tránsito o estancados en la región. El gobierno panameño trabajará para trasladar a estos migrantes desde Centroamérica hacia Caracas o el destino que el gobierno de Venezuela determine.
La reactivación de los servicios consulares, anunciada en mayo de este año, se produce después de que Panamá expresara cuestionamientos sobre las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela.
Más allá del ámbito humanitario, la decisión también tiene implicaciones económicas. Se espera que beneficie la redistribución de productos desde la zona libre de Colón y restablezca frecuencias aéreas para la aerolínea Copa Airlines, con rutas hacia Caracas y otros destinos venezolanos.
Desde la llegada del presidente Mulino al poder y la implementación de nuevas políticas migratorias por parte de Estados Unidos, el flujo de migrantes hacia el norte ha disminuido significativamente. En su lugar, se ha observado un aumento en el número de personas que retornan a Suramérica. Según datos oficiales, hasta septiembre de 2025, más de 13,200 migrantes han ingresado a Panamá en tránsito hacia Venezuela, lo que subraya la urgencia de esta medida consular.
Con información de agencias
