Por: Francisco Delascio Chitty
Los loros pertenecen al grupo de los Psittacidos, del latín “psitacis”, loro y del griego “psittakos”, con aspecto de loro; allí se ubican también los pericos, guacamayas y cotorras. Aparecieron hace unos 70-20 millones de años, diversificándose en Suramérica y Australia. Ellos, gracias a una estructura vocal llamada siringe, ubicada en el punto donde se divide la tráquea a los pulmones; al pasar el aire por ella, vibra produciendo sonidos, también su carnosa lengua ayuda a la modulación de los mismos.
Su cerebro con un peso de 10-20 gramos, es denso en neuronas y su telencéfalo parte superior del mismo, le otorga gran capacidad sensorial, cognitiva, memoria, inteligencia e imitación de sonidos y voces, además de socialización y formación de vínculos emocionales con sus cuidadores, todo ello lo convierte en un ave muy popular.
En Venezuela, los psitácidos se agrupan en 17 géneros y 49 especies con amplia distribución, desde el nivel del mar hasta zona parameras. Entre ellos, destaca el espabilado y cautivador Loro Real, Loro Cabeza Amarilla o Loro Real Amazónico. Técnicamente, es Amazona ochrocephala, el primer epíteto es nombre latinizado dado por los naturalistas del siglo XVIII, creyendo que era nativo solo del Amazonas, ochrocephala, deriva del griego “okhros”, amarillo, y “kephale”, cabeza.

Es un loro de 37 cms de long, 300 gramos de peso, plumaje verde, cara y corona amarilla, pecho y vientre matizado de azul, marcas rojas en las alas, cola con bandas terminales verde-amarillento, plumas exteriores rojas. Anillo ocular blanco, iris anaranjado; pico gris oscuro al igual que sus patas, estas, prensiles, zigodáctiles, su andar es ondulante. En el proceso de cortejo, el macho coloquialmente “le hace ojitos a la hembra” señal conocida como DESTELLOS DE LUZ que consiste en dilataciones y contracciones rápidas de sus pupilas, moviendo además la cabeza al unísono.
Sus nidos los ubican en huecos de árboles secos o vivos. La hembra deposita 3-4 huevos, blancos, lustrosos, ovalados, cuya incubación es de unos 26-29 días, los pichones permanecen en el nido hasta 70 días. La vocalización de ellos, son chirridos y silbidos inconfundibles; en cautiverio aprenden a pronunciar palabras, chiflar, cantar, bailar, saludar con sus patas, entre otras gracias.
Ellos habitan bosques, sabanas, áreas cultivadas y urbanas, donde se les ven en pareja o en grandes bandadas ruidosas, bulliciosa y sociables, escuchándose en horas tempranas de la mañana y al atardecer para ir a sus dormideros. Son aves longevas llegan a los 100 años; referente a ello, recuerdo a Lorenza, una lora que mi mamá tenía desde niña, la cual murió a los 71 años un 03 de junio del 2006, cuando fallece también mi progenitora.
De estos plumíferos existen innumerables cuentos, dichos, canciones, moralejas, chistes y adivinanzas, p.ej.: Tengo hermoso plumaje, pico fuerte afilado y todo lo que me dicen lo aprendo y repito ¿Quién soy?; Grita más que loro agarrado por la cola; Hasta un loro sabe que no es el oro lo que más brilla; Cada loro en su estaca (saber ubicarse).