Un equipo de científicos internacionales ha descubierto un potente compuesto antibiótico que ofrece una nueva esperanza en la lucha contra las crecientes infecciones resistentes a los medicamentos. El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista científica Nature, se produjo de manera inesperada mientras se investigaba el proceso natural de producción de un fármaco conocido en una bacteria del suelo.
»El descubrimiento fue una sorpresa», afirmó Gregory Challis, biólogo químico de la Universidad de Warwick en Coventry, Reino Unido, y coautor del estudio.
El resultado se originó mientras los investigadores analizaban cómo una bacteria del suelo produce de forma natural el antibiótico metilenomicina A. La resistencia antimicrobiana es una amenaza global crítica, con proyecciones que estiman 39 millones de muertes en todo el mundo durante los próximos 25 años.
Los investigadores creen que este nuevo compuesto antimicrobiano podría allanar el camino para el desarrollo de más fármacos capaces de combatir esta resistencia. Gerard Wright, bioquímico de la Universidad McMaster en Hamilton, Canadá, destacó que el trabajo «subraya el potencial de los estudios para identificar nuevas estructuras químicas bioactivas a partir de rutas metabólicas ya conocidas».
Un descubrimiento accidental
El trabajo comenzó en 2006, cuando el Dr. Challis y sus colegas iniciaron el estudio de la ruta molecular mediante la cual la bacteria Streptomyces coelicolor produce metilenomicina A. Mediante la eliminación de genes, para 2010 el equipo había descifrado el mecanismo de producción e identificado varias moléculas intermedias.
“Estábamos realizando una investigación básica, exploratoria y descubrimos estos intermediarios y los dejamos de lado durante un tiempo, pues no sabíamos muy bien qué hacer con ellos”, explicó Challis.
La clave llegó en 2017, cuando un estudiante de doctorado del laboratorio analizó la actividad antimicrobiana de esas moléculas intermedias.
Las pruebas de laboratorio revelaron que dos de estas moléculas, incluida la lactona de premetilenomicina C, eran mucho más efectivas que la metilenomicina A.
Estos compuestos demostraron su eficacia al atacar siete cepas de bacterias Gram-positivas, incluyendo el peligroso Staphylococcus aureus (causante de infecciones en la piel, sangre y órganos internos) y el Enterococcus faecium (asociado a infecciones sanguíneas y urinarias potencialmente mortales).
Este hallazgo subraya la importancia de la investigación básica y exploratoria como motor de descubrimientos cruciales para la salud pública mundial.
Con información de agencias
