El hígado graso se ha vuelto uno de los problemas de salud más comunes, sobre todo por el estilo de vida acelerado, la mala alimentación y el consumo frecuente de ultraprocesados.
Mucha gente no se da cuenta de que lo padece hasta que aparecen síntomas como cansancio extremo, inflamación abdominal o molestias después de comer.
Por eso, es importante conocer cuáles son los nutrientes que pueden marcar una diferencia en el metabolismo.
Entre esos nutrientes destaca el magnesio, un mineral esencial que participa en más de 300 procesos del cuerpo. Investigaciones señalan que mantener niveles adecuados de magnesio podría disminuir el riesgo de desarrollar esteatosis hepática.
Esto influye en cómo procesamos los azúcares y las grasas, y también en cómo funciona la insulina.
El hígado graso no aparece de un día para otro, así que tener una dieta equilibrada puede cambiar el rumbo de forma importante. El magnesio ayuda a regular la inflamación, factor que influye directamente en la acumulación de grasa en el hígado.
El magnesio influye en la regulación del metabolismo de la glucosa y de los lípidos, lo cual ayuda a que el cuerpo procese mejor la energía y evite que la grasa se acumule en órganos como el hígado.
También mejora la sensibilidad a la insulina, un punto clave para evitar que los niveles de azúcar se disparen y dañen el metabolismo.
Con información Agencias.-
