Octogenario se prepara para su décima maratón tras superar cáncer

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“Eduardo, tengo una mala noticia. Tenés cáncer de próstata”, le dijo el médico hace 12 años a Eduardo Francisco Marelli. “Y bueno, le vamos a dar lucha”, contestó él. Casi en paralelo, cuando este vecino de Quilmes orillaba los 70 años, había empezado a correr. La lucha contra la enfermedad fue larga, de más de medio año de radioterapia. Pero ganó. Y no solo se curó, sino que también siguió corriendo. Acumula 322 carreras en sus piernas y hace dos semanas, con 81 años, hasta marcó un récord: fue el participante de mayor edad en la competencia más convocante de América Latina: la media maratón de Buenos Aires.

Marelli se casó hace medio siglo con Araceli Emilia Arce, a quien define como el amor de su vida. Concentró sus esfuerzos en trabajar, de lunes a viernes y también la mayoría de los fines de semana. Hasta que llegó el diagnóstico. “Correr fue el mejor remedio -reflexiona Eduardo-. Hoy todos me dicen: ‘¡Qué bien estás Marelli!’. Y eso es por el atletismo”. Este 26 de diciembre, entre el pan dulce y la sidra de Navidad, va a festejar sus 82. Pero antes, dentro de nueve días, va a correr los 42K porteños.

Nacido antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Marelli encontró en el entrenamiento la forma de sacarse un par de décadas de encima. “La semana pasada, en el trabajo se me acercó un abuelo de 71 años que se había enterado de que corro y me preguntó cómo podía hacer para empezar. ‘Primero caminá un poco, tranquilo’, le expliqué”, recuerda. Marelli es encargado de seguridad en la sucursal Nº 1 del Banco Credicoop, la más grande, en pleno microcentro, y allí todos saben que Eduardo corre.

“Tengo la suerte de que el banco me sigue queriendo, porque es parte de mi vida”, confiesa. De 11 a 17, se lo encuentra firme y de impecable uniforme en el hall central. Hace poco cumplió tres décadas de servicio y le dieron una distinción especial, incluso fuera del protocolo. “Eduardo es el mayor promotor del running dentro del banco”, afirma Fernando Reinoso, compañero de trabajo y organizador del grupo de atletismo del Credicoop. Como Eduardo no sabe usar la computadora -tampoco tiene celular-, es Fernando quien lo inscribe para las carreras, a veces a escondidas de la familia, que le dice que ya es grande. “Pero él tiene el apto médico permanentemente actualizado -cuenta Reinoso- y me dice que sin esto no puede vivir”.

Fue en el banco donde empezó el romance de Marelli con correr. Era noviembre de 2007 y el Credicoop organizaba una correcaminata. No era competitiva, solo un evento para congregar a los empleados y publicitar la institución. Con más desconocimiento que curiosidad, se puso un pantalón corto y concurrió. Tenía 69 años. “Y me gustó el ambiente -recuerda Eduardo-. Entonces uno comentó que en diciembre iba a haber una carrera en Villa Luzuriaga”. Lo primero que pensó fue: “¡Qué lindo sería ir!”. Lo segundo: averiguar dónde quedaba Villa Luzuriaga.

Averiguó, se tomó dos colectivos y llegó. “Ahí gané mi primera copa, octavo en la categoría. ¡Para mí era como la copa del mundo! Mis familiares venían a casa a verla, era una locura”, describe. Y esa locura no paró, hoy esta hombre se prepara para corree su décima maratón.

Con información de Yahoo Noticias.

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