martes, abril 16, 2024

Tomarse un refresco se ha convertido en un lujo

A la fecha un refresco pequeño tiene un costo de 10 mil bolívares, la presentación de un litro oscila entre los 26 a 28 mil bolívares, el de 1 litro y medio se puede hallar entre los 37 a 39 mil soberanos, mientras que el de 2 litros se puede conseguir entre 47 a 49 mil bolívares, todo dependerá del sitio en donde haga la compra,  lo que se traduce según algunos encuestados en otra de las cosas que se han convertido en un lujo no solo para los bolivarenses sino para el venezolano que solo gana un salario mínimo.

“Si me pongo a comprar refresco no como, eso es un lujo. Tengo meses que no prueba ni refresco, ni malta, ni nada de eso”, dijo Daniela Marcano.

“Hasta hace dos años atrás yo cobraba y eso era fijo que al salir del trabajo iba a comprar pan, queso y un refresco grande para llevar a mi casa o me iba a la calle del hambre compraba una hamburguesa grande y un refresco de 2 litros y eso no me afectaba porque mi salario me permitía hacerlo”, contó.

Otros manifestaron que los altos costos de los productos han acabado con “los gusticos” que se daban en sus hogares, alegan que nunca faltaba un refresco para un fin de semana, un buen almuerzo o en cualquier celebración.

“Yo hacía una fiesta en mi casa y compraba una caja de refresco de dos litros; en nuestra mesa nunca faltaba un refresquito, que si bien es cierto no es artículo de primera necesidad no deja de serlo el hecho de que un refresco en casa es una gran tradición entre los venezolanos, o dime tú, con qué acompañábamos un buen pedazo de torta, una catalina, una pizza, una cachapa con queso o un plato navideño. Hasta con eso ha acabado esta hiperinflación porque un padre de familia que gana un salario mínimo no lo va a gastar en un refresco, la prioridad es la comida”, aseveró Héctor Medina.

Las bebidas de sobrecitos están de moda

Algunos dicen que ante la imposibilidad de poder comprar un refresco aunque fuera para una sola ocasión optan por disfrutar de otros tipos de bebidas.

“En casa comprábamos refrescos solo en ciertas ocasiones, ahora para esos momentos compramos los sobrecitos que están muy de moda y hacemos jugos. El sobre cuesta 3 mil 500 bolívares y alcanza dos litros, es una variante por ser muy económico, aunque nada como un refresco”, expresó Dayana Torres.

Las frutas también están por las nubes

Hay quienes planifican sus presupuestos para comprar frutas, pues, consideran que a la hora de elegir es preferible optar por lo sano, a pesar de que el costo de las frutas y el azúcar también son elevados.

“Yo sigo consumiendo frutas. Hago un esfuerzo y me llevo unas guayabitas que cuestan  30 mil el kg pero me llevo unas cuatro y con eso resuelvo; a veces compro patilla o piña que las consigo más económica porque las compro de las que ponen en rebaja. En lo que más gasto en azúcar, el kilo lo compré a 20 mil. Lo que si te dejo claro es que a pesar de consumir frutas no es algo que puedo hacerlo a diario”, detalló la señora María Farfán.

“Nosotros bebemos agua, es lo menos costoso. Tengo una mata de limón en mi casa y cuando tengo azúcar suficiente hago una limonada, es la única forma que consuma frutas porque estamos en una situación que si compro frutas no puedo comprar queso o harina para las arepas, hay que establecer prioridades”, afirmó Liliana Rodríguez.

Finalmente, las personas consultadas al preguntárseles si esperan que los precios de estos artículos se mantengan una vez se comiencen a devengar el nuevo salario mínimo, se mostraron poco optimistas y coincidieron en que a pesar del aumento no creen que la situación económica vaya a mejorar.

“Ojalá me equivoque, pero creo que cuando empecemos a cobrar los 300 mil bolívares todo va a seguir aumentando”, concluyó Rodríguez. Redacción/GB

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