*** Su talento está en su habilidad única para crear piezas artísticas con material comestible

Ella es una joven emprendedora que encontró la oportunidad de crear un negocio que le produjera dividendos haciendo lo que más le apasiona hacer: La repostería.
Se trata de Solimar Gómez, una bolivarense que no tiene nada que envidiar a ningún repostero de alto nivel, pues, su talento está en su habilidad única para crear piezas artísticas con material comestible al mejor estilo de Buddy Valastro o de cualquier otro grande que se le mida.

Nada la detiene. Cada figura, cada fantasía es un reto del que sale airosa dejando a sus clientes más que embelesados con su extraordinario trabajo; eso sin contar del deleite al probar sus deliciosos pasteles.

Solimar nos cuenta que hacia dulces en casa solo para pasar el rato y consentir a su familia, jamás se imaginó que esta pasión se convertiría en su principal fuente de ingresos.

“Todo comenzó como un hobby y gradualmente fue pasando de ser algo eventual a ser un trabajo de cada día. En el año 2011 un amigo me pidió que le hiciera unos ponqués para un cumpleaños y fue el comienzo de la repostería como profesión”, contó.

Solimar diseñar desde una pequeña flora hasta un zarcillo, set de maquillajes, coronas, instrumentos, animales, aviones y para usted de contar. Siendo esta la mejor carta de presentación para que grandes casas de repostería la contraten exclusivamente para hacer estos diseños o motivos. Un talento que tal y como ella lo afirma no sabía que poseía.

“Parte de mi formación fue en el taller de Cerámica Artística de Mara Vitanza. Luego en la Universidad de Oriente (UDO) dónde estudié Talla de diamantes. Ambos oficios necesitan dedicación y paciencia. Eso fue puliendo un talento que desconocía y que salió a flote con la repostería”, dijo.

Como en cualquier inicio, para esta joven emprendedora no fue nada fácil dar los primeros pasos con su pequeña empresa.

“Tuve miedo a fracasar, me atacó la incertidumbre, pero, hice caso omiso a todo lo negativo y me centré en que yo podía y que Dios me llevaba de su mano. Fue un inicio muy lento, estuve a punto de retirarme muchas veces, pero con paciencia y perseverancia aquí estoy”, agregó

“Amar lo que hago y tener una meta clara han sido claves para lograr tener éxito. Nunca siento que esto trabajando”, afirmó Solimar.

Entender a sus clientes, imaginar lo que desean, sentirse parte de ellos también han sido puntos a favor para esta joven emprendedora. “La creatividad nace de ponerme en los zapatos de esa cumpleañera que desea destacar en su fiesta, de ese jovencito amante de los videojuegos, de este papá retro, etc”.

Sakura Sweet es la marca de Solimar. “Sakura es la flor del cerezo japonés y viene de saku, que significa florecer. Eso me representa porque este emprendimiento, pese a las dificultades, ha sido para mí un florecer”

“Para mí no existe el cansancio. Cuando se trata de trabajar horas y horas para sacar un pedido, simplemente me concentro y le pongo todo el amor del mundo para hacerlo lo mejor. Gracias a Dios siempre logro que mis clientes queden satisfechos”, comentó Solimar, acompañando sus palabras con una gran sonrisa.

Un mensaje para ti

“No esperes el momento perfecto para comenzar porque te vas a quedar paralizado y nunca harás nada. Comienza con lo que tengas y con lo que sabes, en el camino todo se endereza, al final te darás cuenta que haber dado ese primer paso ha sido la mejor decisión y todo tu esfuerzo habrá valido”, concluyó.

Gledis Bonilla

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