En un parido vibrante, Dinamarca y Túnez empataron sin goles gracias a las actuaciones de sus respectivos arqueros. Por un lado Kasper Schmeichel y por el otro, Aymen Dahmen. Ahogaron el grito en varias oportunidades y se llevaron todos los flashes en un cotejo repleto de emociones a a pesar del 0-0.
Desde el primer tiempo, el compromiso fue intenso. El equipo africano sorprendió por su físico y fuerza a la hora de marcar. Evitó que Dinamarca llegara con facilidad a su área, lo que los obligó a intentar atacar por las bandas.
El juego en corto, con pases en la mitad, fue de los europeos, mientras que los dirigidos por Kadri le apostaron a su rapidez y a los contragolpes, con los cuales generaron las opciones más claras de gol.
En el primer tiempo, Túnez estuvo más cerca de abrir el marcador, mientras que en la segunda mitad, fue Dinamarca quien se aprovechó del desgaste físico de su rival, para inclinar la chancha.
Las polémicas vinieron de la mano del VAR y dos posibles manos en el área por parte de las dos selecciones. La primera, favorecía a Túnez. El mexicano, César Ramos, no consultó al árbitro asistente de video, mientras que finalizando el partido, cuando la mano fue de los africanos, sí lo hizo, pero en ninguna de las dos oportunidades, decretó penal.
Un empate con sabor a victoria para Túnez, no tanto para Dinamarca, que llegaba como favorito a este encuentro, tras ser el primer equipo europeo en clasificar al Mundial.
El resultado no refleja lo intenso que estuvo el partido. La sorpresa que dio Túnez y las constantes llegadas de Dinamarca, al que no se le abrió el marcador.
Con información de co.marca.com
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