Un informe desclasificado este viernes por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE.UU. (ODNI) señala que un origen natural y una fuga de laboratorio son hipótesis plausibles sobre cómo el SARS-COV-2 infectó por primera vez a los humanos. Pero los analistas no están de acuerdo sobre cuál es más probable o si se puede hacer alguna evaluación definitiva.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos creen que es posible que nunca puedan identificarse los orígenes del Covid-19, pero descartan que fuera creado como un arma biológica, una teoría difundida especialmente por los republicanos. Estas afirmaciones son «científicamente inválidas» y sus defensores «sospechosos de difundir desinformación», dicen.
La teoría de que el virus era un arma biológica, que fue propagada por el senador Tom Cotton y otros republicanos, se rechaza al comienzo del informe. «Seguimos siendo escépticos ante las acusaciones de que el SARS-CoV-2 era un arma biológica porque están respaldadas por afirmaciones científicamente inválidas, sus defensores no tienen acceso directo al Instituto de Virología de Wuhan (WIV), o son sospechosos de difundir desinformación», dice el estudio.
El texto es una actualización de un primer informe que la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, publicó en agosto, en medio de intensas luchas políticas internas sobre cuánto culpar a China por los efectos de la pandemia global en lugar de a los gobiernos que pueden no haber actuado con la suficiente rapidez para proteger a los ciudadanos.
Críticas de China
«Los movimientos de Estados Unidos de depender de su aparato de inteligencia en lugar de científicos para rastrear los orígenes de Covid-19 es una completa farsa política», afirma Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, en un comunicado enviado por correo electrónico. «… Sólo socavará el estudio de los orígenes basado en la ciencia y obstaculizará el esfuerzo global de encontrar la fuente del virus», asegura.
El expresidente republicano Donald Trump, que perdió su candidatura a la reelección cuando la mortal pandemia devastó la economía de Estados Unidos, y muchos de sus partidarios se refirieron al Covid-19 como el «virus de China».
La mayoría de las 17 agencias de EE. UU. están de acuerdo en que el virus no ha sido modificado genéticamente, ya que, al observarlo, es cada vez más difícil detectar signos de dicha manipulación. Sin embargo, la comunidad de inteligencia todavía está dividida sobre la cuestión de si el virus se propagó por transmisión de animal a humano o como resultado de un accidente de laboratorio. Algunas agencias habían favorecido fuertemente la explicación de que el virus se originó en la naturaleza. Sin embargo, cuatro tienen «poca confianza» en esa versión. Y una tenía una «confianza moderada» en que la primera infección humana por Covid-19 probablemente fue el resultado de un accidente de laboratorio, que pudo haber involucrado experimentación o manipulación de animales por parte del Instituto de Virología de Wuhan. En conclusión, las agencias de espionaje de EE.UU. creen que no podrán producir una explicación más definitiva del origen del coronavirus sin nueva información.
El informe dice que las agencias estadounidenses y la comunidad científica mundial carecían de «muestras clínicas o una comprensión completa de los datos epidemiológicos de los primeros casos de Covid-19» y que podrían revisar este hallazgo inconcluso si surgen más pruebas.
China se ha enfrentado a críticas internacionales por no cooperar plenamente en las investigaciones sobre los orígenes de la pandemia. La declaración de la embajada también desestimó esa crítica.
«Hemos estado apoyando los esfuerzos basados en la ciencia sobre el rastreo de los orígenes y continuaremos participando activamente. Dicho esto, nos oponemos firmemente a los intentos de politizar este tema», señalan.