El presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, declaró este miércoles el estado de emergencia de seguridad nacional en todo el país. La decisión surge como respuesta a la escalada de la violencia y la reciente ola de secuestros masivos, siendo el detonante el rapto de más de 300 estudiantes y 12 profesores ocurrido la semana pasada.
En un comunicado oficial, el mandatario nigeriano justificó la medida al afirmar:
»Hoy, en vista de la creciente situación de seguridad, he decidido declarar una emergencia de seguridad nacional y ordenar un reclutamiento adicional en las Fuerzas Armadas».
Refuerzo masivo de la seguridad
Para enfrentar a los grupos criminales y extremistas, el presidente Tinubu anunció un aumento significativo en el personal de seguridad:
Reclutamiento de 20.000 agentes adicionales en las Fuerzas Armadas.
Ampliación del personal militar y policial, lo que elevará el número total de agentes en 50.000.
Despliegue urgente de guardias forestales ya entrenados para combatir a los delincuentes que se ocultan en zonas boscosas.
Tinubu hizo un llamado a la unidad ciudadana: «Estos tiempos exigen la colaboración de todos. Como nigerianos, todos debemos involucrarnos en la seguridad de nuestra nación», aseveró.
Detonante: El secuestro en el Estado de Níger
La declaración de emergencia se produce días después del ataque más grave: el pasado viernes, 21 de noviembre, hombres armados irrumpieron en una Escuela Católica de Secundaria en el estado de Níger, secuestrando a 303 alumnos y 12 profesores. Si bien unas cincuenta víctimas lograron escapar poco después, el destino del resto sigue siendo incierto.
La situación de seguridad ha sido crítica, y se suma a otros incidentes recientes:
La Policía confirmó el martes el secuestro de al menos diez personas en el pueblo de Isapa.
No obstante, el Gobierno también confirmó la liberación de las 24 niñas que permanecían secuestradas desde el ataque del pasado 17 de noviembre.
Nigeria arrastra un doloroso historial de secuestros, destacando el infame rapto de las 276 niñas de Chibok en 2014 a manos de Boko Haram. Con 91 de ellas aún desaparecidas, el secuestro escolar se ha convertido en una herida abierta que la nueva emergencia de seguridad busca finalmente cerrar.
Con información de agencias
