Investigadores de la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Michigan han anunciado un hito histórico en la nanotecnología: el desarrollo de los primeros robots completamente autónomos con dimensiones de apenas 0,2 × 0,3 × 0,05 milímetros.
Estos dispositivos, más pequeños que un grano de sal y comparables en escala a ciertos organismos unicelulares, marcan el fin de décadas de dependencia de controles externos para la robótica a microescala.
Autonomía total en una fracción de milímetro
A diferencia de sus predecesores, que requerían campos magnéticos o láseres externos para moverse, estos microrobots integran en un solo paquete funcional:
Cerebro electrónico: Una computadora capaz de ejecutar programas simples.
Sensores: Para detectar cambios en su entorno inmediato.
Sistema de propulsión: Para desplazarse de forma independiente.
»Este avance representa la culminación de décadas de intentos por miniaturizar no solo la electrónica, sino la capacidad de decisión», señalan los equipos de investigación. Por primera vez, un robot de este tamaño puede sentir su entorno, tomar decisiones básicas y actuar sin intervención humana directa.
Innovación en propulsión y energía
Moverse en el mundo microscópico presenta retos físicos únicos. A esa escala, los líquidos se sienten «espesos» y las fuerzas de fricción dominan sobre la inercia. Para solucionar esto, los científicos diseñaron un sistema de propulsión electrocinética:
Los robots generan campos eléctricos internos.
Estos campos empujan iones en el fluido circundante.
Los iones desplazan las moléculas de agua, impulsando al robot sin necesidad de piezas móviles que podrían atascarse o romperse.
La energía para este proceso proviene de células solares integradas que convierten la luz en electricidad. El equipo de la Universidad de Michigan logró optimizar la arquitectura informática para que el robot funcione con un consumo ultrabajo de apenas 75 nanovatios, una cantidad ínfima de energía que permite al robot procesar datos y moverse simultáneamente.
El futuro de la microrrobótica
Este avance abre la puerta a un futuro donde enjambres de estos robots podrían realizar tareas de monitoreo ambiental, aplicaciones biomédicas dentro del cuerpo humano o inspecciones industriales en espacios anteriormente inaccesibles.
Con información de agencias
