El presidente ruso, Vladímir Putin, pidió a los servicios secretos de Rusia que frenen la agresiva política occidental contra Rusia, cuyo objetivo sería contener el desarrollo del país y someterle a los dictados del exterior.
«Nos topamos con la conocida como política de contención de Rusia. Resumiendo, debilitar a Rusia y ponerla bajo control exterior«, dijo Putin al dirigirse a la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
En una de sus contadas apariciones públicas durante los últimos meses, Putin denunció los intentos de «maniatar» a Rusia con sanciones económicas, el «bloqueo» de grandes proyectos internacionales como Nord Stream 2, la injerencia en la vida social y política, y en los «procesos democráticos«.
«No se trata de una competencia natural en las relaciones internacionales, sino de una política consecuente y muy agresiva encaminada a torpedear nuestro desarrollo, ralentizarlo, crear problemas en nuestro perímetro exterior, provocar inestabilidad interna y minar los valores que unen a la sociedad rusa«, explicó.
Putin, quien precisó que dicha política se aplica también en otras zonas del espacio postsoviético, en clara alusión a Bielorrusia, insistió en que esa actitud «inamistosa» hacia Rusia no se limita a una retórica antirrusa, sino a «acciones reales y prácticas«.
Denunció una «campaña informativa» con acusaciones «infundadas», que incluyen alusiones a «teorías conspirativas» que tachó de «absurdas» e «irrisorias».
«Por ejemplo, los recientes intentos de poner en duda nuestros logros en el campo de la medicina, en la lucha contra el coronavirus«, comentó sobre las críticas a la vacuna rusa contra la covid-19, Sputnik V.
Advirtió que dicha política «no tiene ninguna perspectiva» en relación con Rusia, que sigue abierta al diálogo y al compromiso para solucionar los problemas «más complejos«.
En su opinión, el FSB también debe garantizar la seguridad cibernética del país con nuevos métodos y estrategias de análisis de riesgos, ya que en espacio digital global es escenario de una «competencia geopolítica muy dura».
UniónRadio



