Las intensas y continuas lluvias que han azotado varias regiones de la República Dominicana, en las últimas horas han provocado severas inundaciones, dejando un saldo preliminar de 1,781 personas desplazadas y cuantiosos daños materiales.
Las precipitaciones, originadas por una activa onda tropical con potencial ciclónico, han causado el desbordamiento de ríos, arroyos y cañadas, anegando viviendas en múltiples comunidades.
Alerta máxima y situación en zonas afectadas
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) mantiene en alerta 30 de las 32 provincias del país, con alerta roja (máxima) para el Distrito Nacional, Santo Domingo, San Cristóbal, San José de Ocoa y, notablemente, la provincia de Azua.
En Azua, el desbordamiento del río Tabaré afectó a 110 viviendas, siendo el municipio Del Rosario uno de los más impactados. Testimonios recogidos en la zona reflejan la dramática situación:
Frangel de la Paz narró a EFE cómo él y su familia fueron sorprendidos por el agua, que les llegaba a la cintura mientras dormían el jueves por la noche. «No atendí a lo material, atendí a sacar los niños de la vivienda», dijo, lamentando haber perdido todo salvo «la ropita que tenemos encima.»
Su vecina, Rafaela Pérez, perdió enseres completos —lavadora, comedor, televisor— y tuvo que dormir en un albergue. Tanto Pérez como otro vecino, Luis Céspedes Nova, claman por una intervención de las autoridades para evitar que esta recurrente situación se repita.
El informe preliminar del COE detalla que, en total, las lluvias han afectado a 351 casas y han dejado diez acueductos fuera de servicio, impactando el suministro de agua para miles de usuarios. Solo en Azua, 774 personas han sido desplazadas.
Respuesta gubernamental y medidas de emergencia
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno dominicano ha tomado medidas de emergencia inmediatas:
Se ordenó la suspensión de la jornada laboral en el sector público y la cancelación de la docencia en las cinco demarcaciones bajo alerta roja.
El presidente Luis Abinader informó de la activación de los organismos de emergencia para proteger a la población, instando a la ciudadanía a «seguir las recomendaciones oficiales y mantenerse atentos a los informes» a través de sus redes sociales.
Las lluvias torrenciales son una fuente de alarma constante en la República Dominicana, recordando episodios graves como el de noviembre de 2023, donde más de 20 personas perdieron la vida en la capital y otras regiones.
Las autoridades y los organismos de socorro continúan monitoreando de cerca la evolución de la onda tropical y el impacto de las precipitaciones en todo el territorio nacional, mientras se intensifican los esfuerzos de ayuda humanitaria para los damnificados.
Con información de agencias



