El presidente francés, Emmanuel Macron, se comprometió a redoblar los esfuerzos para luchar contra la inmigración ilegal, evitar que aparezcan nuevos campos de refugiados en el país y mejorar las condiciones de acogida y de tratamiento de las demandas de asilo.
Tras visitar un campo de acogida de Calais, donde hace más de un año se desmanteló el mayor poblado de inmigrantes de Europa, conocido como la «jungla», Macron mantuvo un discurso de firmeza al tiempo que anunció «humanidad» con los inmigrantes.
Muy criticado por las asociaciones humanitarias, el presidente francés señaló que no se mejora la situación de los inmigrantes «con discursos de buena conciencia», al tiempo que anunció una mayor implicación del Estado para mejorar las condiciones de acogida.
En ese sentido, señaló que a partir de ahora será el Estado el que se ocupe de alimentar a los inmigrantes, una labor que hasta el momento aseguraban asociaciones humanitarias.
Macron indicó que pedirá ayuda al Reino Unido para mejorar las condiciones en la región de Calais, que definió como centro de paso de inmigrantes con destino a ese país y sin vocación de permanecer en Francia.
En línea con el proyecto de ley sobre inmigración que prepara su Gobierno, Macron se comprometió a «recibir a todo el mundo», a acortar los plazos de estudio de las demandas de asilo, a proteger a aquellos que vean aceptado ese derecho pero también a expulsar a quienes sean rechazados.
«Hay que garantizar el retorno de quienes no tienen ninguna posibilidad de integrarse en Europa», dijo el presidente francés, que exigió un mayor control de las fronteras a nivel continental, una convergencia del derecho de asilo y un sistema único de control, lo que debe derivar, a su juicio, en la creación de una oficina europea de asilo.
Frente a la próxima salida del Reino Unido de la Unión Europea, Macron aseguró que no permitirá que Calais se convierta en una «puerta falsa» de entrada en ese país y que mantendrá el cierre de fronteras a la inmigración ilegal.
Vía: 2001