Combatir la especulación no es tarea fácil, menos en una economía afectada gravemente por la inflación que desmorona el poder adquisitivo de los venezolanos.
Mucho menos se puede señalar al pequeño y mediano comerciante de ser el artífice de esta crisis que les afecta, ya que también sufre los avatares de la distorsión al no poder reponer sus inventarios con normalidad.
«Consideramos acertados los encuentros que convocó el presidente de la República, Nicolás Maduro, con los industriales y fabricantes de alimentos e insumos para la agroindustria, ya que es en este nivel donde se establecen los precios de los productos», expresó Senén Torrealba Carrillo, presidente del Bloque de Integración Empresarial Suroriental, Biesur.
Al respecto, el dirigente gremial considera que la fiscalización de precios y el cumplimiento de la nueva Ley de Precios Acordados, promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente, debe iniciar en la gran industria que es la que finalmente envía y distribuye los alimentos al sector comercio que compra al costo que le indican, y no pueden vender a pérdida.
«En el sector de los pequeños y medianos comerciantes puede haber distorsión, algunos que se aprovechan de la coyuntura para especular. Pero son minoría, y contra ellos debe existir una fiscalización exhaustiva. Pero la mayoría del sector comercio está subyugado a los precios de los productos del industrial y el fabricante, luego de resolver y determinar la estructura de costos», sentencia.
Torrealba Carrillo reiteró su llamado a los organismos de fiscalización y regulación a no arremeter contra el sector comercio, y volver la mirada a industriales y fabricantes que son, por naturaleza, los que determinan el precio final de los alimentos.
Hizo hincapié en la necesidad de objetividad y seriedad para realizar inspecciones, e hizo un llamado al empresariado a mantenerse informado de las actuaciones del Ejecutivo para saber cómo proceder ante una eventualidad de este tipo. ComBiesur