El Dipro se usaba para la importación de alimentos y medicinas, además de determinar el valor de las divisas que, por ejemplo, Pdvsa está obligada a vender al Banco Central
Las autoridades venezolanas derogaron una tasa de cambio controlada a la que analistas atribuyen parte del colapso económico, según un decreto publicado en la gaceta oficial.
Al reglamentar un nuevo sistema de venta de divisas que entrará en vigencia esta semana, el Gobierno y el Banco Central eliminaron el Dipro, que regía desde 2016 para las importaciones públicas.
Altamente subsidiada, esa tasa cotizaba el dólar a solo 10 bolívares por unidad; es decir, 25 mil veces menos que en el mercado negro, lo que según especialistas genera fuertes distorsiones.
El Dipro se usaba para la importación de alimentos y medicinas, además de determinar el valor de las divisas que, por ejemplo, la petrolera estatal Pdvsa está obligada a vender al Banco Central.
En adelante, las operaciones que se realicen en el marco del férreo control de cambios vigente desde 2003 se regirán por el Dicom, un tipo de cambio flotante que resulta de subastas públicas.
El Dicom «aplicará para todas aquellas operaciones de liquidación de monedas extranjeras, del sector público y privado», señala el decreto del Banco Central publicado el lunes.
El Gobierno socialista —que monopoliza las divisas— anunció hace poco la reactivación de dicho sistema de ofertas, tras cinco meses de parálisis durante los cuales la inflación se disparó.
En la más reciente subasta el dólar se cotizó a 3.345 bolívares, y aún no se ha fijado una nueva tasa.
Según el Parlamento de mayoría opositora, la inflación cerró en 2.600% en 2017, mientras el FMI proyecta que podría escalar a 13.000% este año.
«El Ejecutivo parece moverse a un solo tipo de cambio para todas sus operaciones», comentó Asdrúbal Oliveros, presidente de la consultora Ecoanalítica.
Según Oliveros, 91% de las importaciones públicas se venían haciendo a tasa Dipro, que a su vez constituían 70% del total.
Ese tipo de cambio es vinculado con prácticas corruptas.
Según líderes opositores, algunos destinatarios cercanos al Gobierno revendían las divisas en el mercado negro y en ocasiones incumplían los acuerdos de importación, llegando al extremo de dejar pudrir alimentos subsidiados.
A raíz de la caída de los precios del petróleo, el Gobierno redujo drásticamente la asignación de dólares y las importaciones, lo que generó una aguda escasez de todo tipo de bienes básicos: el año pasado esas compras cerraron en 12.500 millones de dólares, frente a 59.339 millones de 2012, de acuerdo con consultoras privadas.
Además, a raíz de la bajísima oferta de dólares el sector privado debe abastecerse en el mercado negro, lo que generó más inflación.
Analistas coinciden en que la recuperación de la economía —que según la Cepal se contrajo 32% en los últimos cuatro años— exige la eliminación del control cambiario.