La crueldad con la que una joven de 22 años mató a su bebé de menos de dos meses de vida conmocionó a todos. Creía que “tenía” que hacerlo.
El caso conmocionó y horrorizó a toda la población, y también al mundo entero. Hannah Turtle es una joven madre de 22 años que mató a su bebé, de apenas 58 de vidas, porque estaba convencida de que tenía que hacerlo.
Según declaró la mamá del pequeño James Hughes, voces le decían que ella no debía ser madre, que no estaba en condiciones, por lo que primero intentó matarlo con veneno. Pero como no moría lo asfixió.
La asesina vive en Gales junto a su pareja y papá del bebé, y a su mamá, quienes se mostraron consternados por lo sucedido. Ante la Corte, reconoció los hechos: primero le colocó antidepresivos en la mamadera y luego, como no moría, asfixió al nene de 7 semanas.
En la Corte, la asesina explicó que escuchaba voces que le decían que era “una mala madre y que no merecía tener a su bebé”. Según se supo, durante un período de diez días intentó sofocarlo al menos tres veces.
Los hechos sucedieron en el 2016, pero el caso volvió a tomar relevancia ya que mañana se conocerá la sentencia. La defensa de la mujer sostuvo que sufría depresión post parto, de allí la bestialidad del crimen. Además, indicaron que podría sufrir de algún trastorno de personalidad, algo que no le fue diagnosticado.
La muerte del pequeño James ocurrió el 13 de junio de 2016 en un hospital donde estuvo internado desde el día 6. Los dos intentos anteriores habían sido el 31 de mayo y el 3 de junio. En el fatídico desenlace, la mamá lo asfixió, y pese a que el nene se resistía, no pudo contra lo que batallaba. La mujer fue al baño y fingió sorpresa al regresar y hallarlo muerto.
Vía: cienradios



