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lunes, noviembre 25, 2024

Mala calidad del aire aumenta el riesgo de sufrir infarto cerebral

Investigadores catalanes han descubierto que la contaminación de los motores diésel aumenta un 20% el riesgo de sufrir un tipo de ictus (infarto cerebral) que afecta a grandes arterias porque el carbón negro u hollín que desprende la mala combustión genera al inhalarse inflamaciones que pueden obstruir vasos cerebrales.

En el estudio, publicado en ‘Enviromental Research’, científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim), el Hospital del Mar y el Institut de Salut Global Barcelona (ISGlobal) de Barcelona han analizado datos de casi 3.000 pacientes atendidos en el hospital por un ictus entre los años 2005 y 2014.

“El efecto nocivo de los contaminantes ambientales para la salud de la población va mucho más allá de su impacto sobre los problemas respiratorios y el cáncer”, ha afirmado el colíder del trabajo y jefe de Neurología Clínica del Hospital, Jaume Roquer, que ha añadido que han demostrado que el aumento del carbón negro en el medio ambiente también afecta al sistema circulatorio cerebral, con riesgo de sufrir episodios cerebrovasculares.

Por cada incremento de 1,7 microgramos por metro cúbico de concentración de hollín en el aire, el riesgo de sufrir un ataque entre las 24 horas y 72 horas siguientes crece el 20%, porque la exposición a este contaminante incrementa las partículas inflamatorias del cuerpo, creando “un estado pro trombótico”, según la también líder del estudio Rosa María Vivanco.

Se trata de casos de personas que, de forma subyacente, ya sufren la enfermedad ateroesclerótica y “la contaminación funciona como un desencadenante”, al producir reacciones inflamatorias que pueden acabar provocando el desprendimiento de la placa de ateroma que lleva a la obstrucción de un vaso cerebral y aumenta el riesgo de ictus.

A corto plazo

Estudios anteriores habían demostrado que esta contaminación aumenta la mortalidad por infartos cerebrales a largo plazo y que hay una relación entre los altos niveles de hollín y las muertes por patologías cardiovasculares, y estos investigadores han detectado que este elemento procedente de la mala combustión de los motores diésel “actúa a corto plazo como desencadenante” de este tipo de ictus.

Además del hollín, analizaron el posible efecto desencadenante de ictus de las partículas inferiores a 2,5 micras (PM 2,5), pero no encontraron ninguna relación entre los niveles de éstas y los casos de ictus, y Vivanco ha alertado de que esto “no quiere decir que no exista”, sino que, simplemente, no lo han podido demostrar en su área de influencia.

El ictus aterotrombótico está provocado por el desprendimiento de las placas de ateroma, que están formadas por colesterol, calcio y otras substancias que se acumulan en las arterias y provocan la oclusión del vaso.

 

 

 

Vía: El colombiano

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