La violencia por armas de fuego es un tema de derechos humanos
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) afirmó este martes en una audiencia pública en Bogotá que la violencia generada por las armas de fuego viola el derecho a la vida con el fin de tratar la regulación del comercio de armamento en Estados Unidos.
«La violencia por arma de fuego es un problema de derechos humanos que causa la violación sistemática del derecho a la vida, así que creemos (…) que hace falta regular correctamente su uso», afirmó la comisionada del CIDH Flavia Piovesan.
La presidenta de la audiencia y también comisionada del organismo internacional, Margarette May Macaulay, recordó que el «mandato» democrático «más importante es intentar proteger la vida de todos los ciudadanos del continente».
El pedido del organismo regional llegó tras una nueva matanza en un liceo estadounidense que encendió el debate en ese país.
Por parte del gobierno de Estados Unidos, su representante en la audiencia, James Bischoff, defendió que el «derecho constitucional de portar armas» recogido en la segunda enmienda de la Constitución de su país es «el punto de inicio» para el debate «doméstico» sobre la regulación del comercio de armamento.
También afirmó ante los comisionados que los compromisos de Estados Unidos con los acuerdos en materia de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) no son «vinculantes», aunque el gobierno norteamericano «se toma muy en serio su obligación de perseguir y castigar el crimen».
Según las cifras presentadas por el Whitney Harris World Law Institute, una de las organizaciones representantes de la sociedad civil en la audiencia, más de 33.000 personas mueren cada año por armas de fuego en Estados Unidos, y 82 muertes ocurren cada día por ese tipo de violencia.
También en voz de la sociedad civil, la representante del Igarapé Institute, Katherine Aguirre, explicó que la problemática no es «un tema doméstico» sino que «importa para la región», ya que «Estados Unidos desempeña un papel principal en proporcionar un suministro continuo de armas» a países de América Latina.
Por ejemplo, más del 70 % de las armas incautadas por la fuerza pública mexicana eran de origen estadounidense, según las cifras del Harris Institute, que también estima que cerca de 213.000 armas de fuego cruzan cada año la frontera.
El debate sobre la regulación en Estados Unidos se avivó a raíz de la matanza el pasado 14 de febrero en una escuela de Parkland, Florida, donde murieron 17 personas y que fue perpetrada por un adolescente que accedió legalmente a un rifle.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió la semana pasada que los profesores deben ir armados a las escuelas para proteger a los alumnos.
Al respecto, la comisionada del CIDH Macaulay se mostró alarmada por las declaraciones y las tachó de «peligrosas».
«Personalmente pensé que era lo más peligroso que nadie podría decir. ¿Qué harían (los profesores) con las armas mientras hacen clase? ¿Las dejarían en el escritorio en caso de que alguien venga y dispare? ¿Cómo prevendrían que los niños las cogieran?», comentó.
La matanza ocurrida en Florida también despertó un amplio movimiento de los estudiantes para pedir una mayor regulación del comercio de armas de fuego, una iniciativa que la CIDH celebró.
«Quisiera concluir con un reconocimiento a la voz de los adolescentes. Ojalá todas las organizaciones les den los espacios de participación a los adolescentes por la fuerza que su voz tiene», afirmó la comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño.
Vía: El Observador