«Loving Vincent», el primer largometraje de animación realizado enteramente con pintura al óleo y que retrata en 65.000 cuadros la historia del célebre artista a través de una investigación sobre su muerte, competirá en la 90ª edición de los Óscar haciendo valer su originalidad.
La coproducción de Reino Unido y Polonia tratará de hacerse con el galardón al mejor filme de animación, frente a producciones de alto presupuesto estadounidense. La película apenas costó 5,5 millones de dólares, esto es, treinta veces menos que «Coco», de Disney, una de sus cuatro competidoras.
«Por supuesto, es todo o nada, quiero la estatuilla», declaró a la AFP, riendo, Dorota Kobiela, la directora polaca del fresco, sentada en un sillón amarillo como la Provenza que plasmaba en sus cuadros Van Gogh, su pintor favorito.
Su marido, Hugh Welchman, es optimista. Dirigió junto a ella este largometraje único y antes trabajó en «Pedro y el Lobo» -cortometraje ganador del Óscar en 2008-.
«¡Nosotros somos lo alternativo! En general, nuestra categoría está dominada por Disney y Pixar pero tengo el presentimiento de que nosotros podemos ser una de las grandes sorpresas de este año», defendió.
Kobiela, también pintora, quiso aunar sus dos pasiones en esta película. La idea era dar vida a los cuadros de un pintor para contar su trayectoria.
«La obra de Van Gogh se prestaba para eso de maravilla. Sus cuadros cuentan su vida al detalle, su día a día, su casa, su habitación, sus amigos», afirma, en su casa de Gdynia (norte de Polonia).
El filme está basado en un guión original del escritor polaco Jacek Dehen y pone en escena a Armand Roulin, hijo del cartero de Arles (sur de Francia) al que el maestro holandés retrató en varias ocasiones. El joven duda de la hipótesis del suicidio del artista y decide emprender su propia investigación.
El desafío fue inmenso, especialmente para los pintores que participaron en el proyecto. En unos estudios situados en Gdnask, 125 artistas de todo el mundo realizaron esta obra. Pintaron lienzos a partir de escenas filmadas realmente por actores. Así, la película es una mezcla de cuadros inventados y de obras famosas de Van Gogh como «Puente sobre el Sena en Asnières» o «Noche estrellada».
Para realizar los 93 minutos de la cinta, se tuvieron que realizar 65.000 planos pintados a mano, toda una hazaña.
«El ritmo de trabajo fue muy lento. En promedio, un cuarto de segundo del filme por día», indicó la directora, que pasó siete años trabajando en el proyecto.
Solo para un segundo de película se necesitaban 12 cuadros de media, todos pintados a mano, uno tras otro. Un artista hacía seis pinturas en promedio al día, es decir, medio segundo de la película para las escenas simples.
«A menudo, en la animación, tenemos el problema de que las expresiones de la cara y la mímica de los personajes son limitadas. Mientras que con la pintura al óleo, podemos subrayarlas todavía más si el retrato está pintado correctamente», explicó Kobiela a la AFP.
Más de cinco millones de espectadores han visto el filme en todo el mundo. Un éxito que incitó a la pareja a continuar con la misma técnica.
Su próximo trabajo será una película de terror pintada a partir de obras del gran maestro español Francisco de Goya.
Vía: telemetro