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domingo, noviembre 17, 2024

Mujer se lanza de un avión, no abre el paracaídas pero la salvan las hormigas

El pronóstico de vida para esta mujer, después de caer a 130 kilómetros por hora, era fatídico, pero un nido de hormigas de fuego cambió toda percepción sobre el poder de la naturaleza

En 1999 Joan Murray se tiró de un paracaídas a cuatro mil quinientos metros de altura. No era su primera vez, su trabajo como ejecutiva de banco le permitía practicar paracaidismo, y con 30 veces anteriores, lanzarse comenzaba a ser un pasatiempo habitual.

Aquel 25 de septiembre iba por su primera licencia de paracaidismo, y a 130 kilómetros por hora en caída libre, como 30 veces atrás, parecía un salto más al logro. Pero al pasar de los primeros metros de emoción, al jalar de la cuerda, se dio cuenta de que algo estaba mal con su paracaídas. Era cuestión de segundos tomar la decisión de calmarse y no dejar de intentar abrirlo. No pudo, así que el plan b apareció: el paracaídas de emergencia tenía que funcionar.

El salto que dio Joan era con el que conseguiría su licencia de paracaidismo. (Foto: Pixabay/Gizmodo)

Pudo accionarlo pero no abrió todo por la rotación a causa de sus movimientos de pánico. Joan se estrelló. Pero la “mala” suerte no había terminado, pues el aterrizaje forzoso se dio encima de un nido con 250 mil hormigas fuego.

No fue suficiente para Joan lidiar con la mitad de su cuerpo con huesos rotos, ahora las dolorosas picaduras daban el ataque más voraz a todo su cuerpo. Las reacciones alérgicas a modo de grandes ampollas no tardaron en manifestarse. Por suerte, la ejecutiva de banco no era alérgica, así que si moría no iba a ser por el veneno de las hormigas.

Minutos después de la caída, los paramédicos llegaron a su encuentro y la llevaron al hospital todavía viva. El hecho era ya poco común, por no llamarlo milagro. ¿Pero cómo es que si las hormigas no sirvieron de colchón, ni tomaron forma de paracaídas o le dieron reanimación a esta mujer después del impacto pudieron salvarle la vida?

Hace apenas unos meses, la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos demostró que las hormigas pueden producir antibióticos que podrían funcionar para ser usados en humanos. Se debe a las propiedades antimicrobianas que poseen en sus segregaciones al morder/picar. Pero esa información es reciente y el caso de Joan no se trató de un asunto bacteriano.

Las picaduras de hormigas de fuego pueden causar anafilaxis. (Foto: Pixabay)

Los médicos de hace casi 20 años determinaron que todo se debió a las picaduras, cuya reacción química fue similar a la de una descarga de adrenalina lo suficientemente potente como para estimular los latidos de su corazón y el sistema nervioso, lo que mantuvo a sus órganos funcionando hasta que aparecieron los paramédicos.

Aunque Murray sí estuvo en coma por dos semanas, logró su recuperación al punto de volver a tirarse del paracaídas.

Esta historia, digna de doblaje 911, quizá no se repita, pero lo que sí puede pasar es que las hormigas del mundo provean de antibióticos contra bacterias y sean igual de efectivos que su combate a patógenos bacteriológicos.

 

 

 

Vía: cultura colectiva

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