Aún presumiendo de un nuevo éxito en su carrera como es “Échame la culpa” y un disco en ciernes que se lanzará antes de que acabe 2018, Luis Fonsi sigue viendo subir cada día el listón de “Despacito”, la canción con el vídeo más visto de la historia en Youtube, con 5.000 millones de reproducciones.
“Estoy seguro que habrá quien esté harto de escucharla”, dijo hoy el músico puertorriqueño durante una breve visita a Madrid para hablar de sus proyectos, que son muchos, habida cuenta de que su gran éxito internacional junto a Daddy Yankee ha abierto mercados otrora complejos para la música en español, de Rusia a Japón, pasando por China.
No obstante, Fonsi se quita mérito en todo el asunto. “Ojalá haya ejercido una influencia positiva, pero no pretendo tomar demasiado crédito, porque la mezcla de un artista urbano con otro pop es algo que ya se ha hecho mucho. Quise escribir una canción alegre y sensual y lo demás se dio porque Dios puso su mano”, opina.
Sea como fuere, compañeros como Ricky Martin se quitan el sombrero ante lo conseguido, apartando la idea de competencia entre ellos. “Siempre hay excepciones, pero hay como una fraternidad de artistas. Si te va bien representando a la música latina, nos va bien a todos. Desde mi punto de vista, la música es para compartir, no para competir”, afirma.
Según cuenta, le felicitó incluso el dúo sevillano Los Del Río, a cuya “Macarena” usurpó el histórico récord de canción en español que más semanas consecutivas logró permanecer en el número 1 en EE UU “Me los encontré en los Latin Grammy y fueron muy, muy, muy amables. Me abrazaban y me decían que qué bueno que viviera esto”, relata.
Igualmente le quita hierro al hecho de que la remezcla que realizó junto a Justin Bieber, nominada en la categoría de mejor canción de los Grammy anglosajones, perdiera el premio en favor de “That’s what I like”, de Bruno Mars.
“El premio no tiene nada que ver con ventas o récords. Es la opinión de la academia, que yo siempre voy a respetar, porque en la música no se tiene derecho a decir: ‘Esta me gusta más que esta’. Además, Bruno Mars es uno de mis artistas favoritos y nunca diré que mis canciones son mejores que las suyas. Estar nominado con él, con Kendrick Lamar o con Jay-Z ya fue un triunfo”, asegura.
En estos momentos triunfa también con su último sencillo, “Échame la culpa”, del que grabó una primera versión en solitario antes incluso de componer “Despacito”, cuya exitosa remezcla con Bieber lo animó a incluir una voz femenina en inglés y tener así el punto de vista de una mujer en una historia de ruptura.
“La número 1 en mi lista de deseos fue Demi Lovato. Siempre me ha gustado su voz. Me parece una artista genuina, transparente, que ha pasado por mucho a su corta edad y que cuando canta, emociona”, dice sobre una colega a la que presume de llamar “amiga”.
Hace unos días la cantaron por primera vez juntos en un escenario en Miami y no sería descabellado barajar la posibilidad de que, cuando la estadounidense actúe este verano en Barcelona y Madrid, donde Fonsi tiene casa, él también se suba al escenario.
“Demi canta la canción en todos sus conciertos y yo también. Tengo su calendario de gira y ella el mío, porque hay planes para encontrarnos en alguna ciudad”, anticipa.
A “Échame la culpa” probablemente le tomará el relevo este verano un nuevo tema su octavo disco de estudio, que está “listo, grabado y mezclado” desde hace mucho tiempo, a la espera solo del momento oportuno para no quedar eclipsado por “Despacito”.
“Yo soy cantante de discos, no de sencillos, y en los próximos meses tendremos la fecha exacta, pero creo que definitivamente será este año”, se aventura a decir Fonsi, que no dejará de incluir en su repertorio algunos ejemplos de balada, género con el que en el pasado era más identificado.
De ahí el título de su gira, “Love and Dance World Tour”, dice, para recalcar que Luis Fonsi sigue siendo “el de siempre”: “Yo soy cantante melódico. Si le pones ritmo la canto, si no también”, señala el puertorriqueño, que volverá a España para tocar en 2018, “probablemente alrededor del verano o justo después”.
Vía: El Tiempo