Trabajadores y activistas del mundo conmemoraron ayer el Día Internacional del Trabajo con manifestaciones para exigir a sus gobiernos que aborden la problemática laboral. Exigieron principalmente mejores salarios y pensiones.
Aunque el día es feriado en muchos países, en otros las actividades están restringidas, lo que suele derivar en confrontaciones.
Latinoamérica entre libertad y represión. En Bolivia, el presidente Evo Morales promulgó una ley que permitirá que los obreros se hagan cargo de las industrias que están en quiebra, abandono o liquidación en medio de críticas de empresarios que consideran que es una vulneración a los derechos a la propiedad privada, refirió AP.
A su vez, el Mandatario aprobó un decreto de aumento de 3% al salario mínimo nacional y 5,5% al básico.
En Cuba, la multitudinaria marcha estuvo encabezada por el presidente Miguel Díaz-Canel y el ex mandatario Raúl Castro. Los miles de trabajadores mostraron su respaldo a la Revolución Cubana.
En Curitiba, donde está preso el líder y ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, marcharon por su libertad y por la democracia.
Lula envió una carta sus partidarios en la que expresó: “Sepan que continuamos juntos, resistiendo, porque estamos en una causa justa por la democracia, por los derechos del pueblo”. Los militantes le dedicaron un retumbante “Buen día presidente”, informó Página 12.
En Chile y Honduras reprimieron las protestas y en Puerto Rico pidieron mejores pensiones, escuelas y la construcción de la isla, destruida por el huracán María del año pasado.
En América también resaltaron las manifestaciones de Estados Unidos, Paraguay y Colombia.
Resto del mundo activado. Según la Federación de Sindicatos de Moscú, unas 120.000 personas partieron desde la Plaza Roja y recorrieron las principales calles de la capital rusa para celebrar la jornada.
En Turquía, la policía de Estambul detuvo a 77 personas y cerró numerosas calles en los alrededores de la plaza Taksim, representativa para grupos de izquierdas turcos, tras los violentos incidentes sucedidos allí en 1977 cuando grupos ultranacionalistas abrieron fuego contra grupos de izquierdas y mataron a 37 personas.
En París, donde los trabajadores protestan activamente, con paros y huelgas escalonadas por las reformas laborales del presidente Emmanuel Macron, los policías reprimieron y detuvieron a 200 manifestantes.
También hubo demandas laborales en España, Grecia, Alemania, Noruega e Italia, entre los países europeos, además las de Corea del Sur, Filipinas, Sri Lanka, Indonesia y Camboya, entre otros en Asia, así como en Suráfrica. agencias
