El protocolo siempre está muy presente en la realeza británica y ahora, más que nunca, los expertos en este conjunto de reglas están desbordados, ya que se acerca el acontecimiento más importante para la corona británica en este año: la boda del príncipe Harry con la estadounidense Meghan Markle.
A la actriz nacida en Los Ángeles, California, de 36 años de edad, ya la hemos visto en más de una ocasión saltándose las pautas que dictan para los eventos de los “royals”, tal y como también vimos en muchas ocasiones a la icónica y malograda madre de Harry, la princesa Diana.
Estos son los protocolos que la próxima miembro de la realeza británica ha decidido saltarse en variadas ocasiones en su relación con el príncipe Harry:
Pantalones cortos
Una de las normas que la joven estadounidense ha decidido saltarse en un par de ocasiones es la de llevar el pelo recogido con mechones sueltos, o la de no llevar guantes en actos oficiales.
Esta última disposición también la secundaba la difunta Lady Di, quien afirmaba, según recogieron varios medios en la época y que publica el medio online “Bustle”, que “le gustaba mantener un contacto real cuando saludaba, tomando las manos de los ciudadanos”.
Este conjunto de reglamentos protocolarios que debe seguir cualquiera que acuda a un acto oficial con la familia real más famosa de Europa, está analizado hasta el mínimo detalle por la reina Isabel y muchos de los preceptos han sido elegidos e impuestos en relación a sus gustos o preferencias.
Los vistosos vestidos de su majestad
En este ámbito también encontramos la regla de que la reina debe vestir siempre con colores llamativos, para que su público pueda reconocerla porque, como bien ha afirmado en alguna ocasión, de acuerdo a “Bustle”: “Si fuera vestida de color beige, nadie sabría quién soy yo”.
Ahora bien, que quede claro también que las mujeres que van a un acto al que también asiste la monarca británica nunca pueden lucir un vestido del mismo color que el que porte su majestad.
Asimismo, Isabel II tiene otros “trucos” para indicar a los invitados o acompañantes en algún acto, sin tener que decir ni una palabra, que se va a retirar de la mesa o que ya no desea seguir hablando con sus interlocutores.
En el primer caso, solo tiene que dejar su bolso sobre la mesa y, por este gesto, sus contertulios sabrán que en los siguientes cinco minutos abandonarán la mesa.
En el segundo, únicamente tiene que cambiar su bolso de mano varias veces, para con este particular acto, quien este charlando con ella, sabrá que se ha cansado de la conversación y tiene que despedirse y abandonar su presencia.
Isabel II tampoco es amante de los selfis y, por ello, en caso de encontrarse en su presencia, tenga en cuenta que no es conveniente intentarlo.
Ya veremos que sucede el próximo 19 de mayo cuando la estadounidense diga el «sí, acepto» al príncipe Harry.
Con información: http://globovision.com