El príncipe Enrique y su consorte la estadounidense Meghan Markle, cautivaron este sábado las calles de la localidad inglesa de Windsor, que lució multitud de banderas británicas para celebrar una de las bodas más importantes del año.
El pueblo de 30.000 habitantes, no perdió la oportunidad de exhibir sus mejores galas y coloreó sus paisajes con miles de espectadores, atentos a todo el espectáculo que rodeó a la ceremonia.
Cerca de 120.000 personas se dieron cita en los alrededores del palacio desde antes incluso de que saliera el sol.Los curiosos, agolpados en las inmediaciones del castillo, ondeaban sus banderas del Reino Unido,y empuñaban todo tipo de objetos:, desde coronas, bufandas, caretas, gafas de sol, todos ellos decorados con los colores nacionales.
Pero Enrique y Meghan no son los únicos que pasean su amor hoy por la villa de Windsor, y es que David y Lindsay, una pareja de recién casados, decidieron disfrutar su luna de miel en la localidad inglesa durante la celebración de la boda.
«Ellos son increíbles, Enrique es divertidísimo y ella es muy dulce, parecen una pareja perfecta, aunque aún no los conocemos», dijo entre risas Lindsay.
Una mujer disfrazada del príncipe Carlos de Gales, expresó en tono de broma que espera con muchas ganas «acompañar» a su nuera al altar.