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lunes, noviembre 25, 2024

Diseñan un fármaco con potencial para tratar el Parkinson que se activa con la luz

Científicos del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona (UB), del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han diseñado el primer fármaco activado por luz con potencial terapéutico contra el Parkinson, aunque su aplicación clínica aún está lejana.

El nuevo fármaco, denominado ‘MRS7145’, es efectivo en modelos animales de la enfermedad de Parkinson, según la investigación que publica la revista ‘Journal of Controlled Release’.

Se trata del primer fotofármaco con potencial terapéutico para luchar contra la enfermedad de Parkinson, después de que haya sido probado con éxito en ratones de laboratorio.

El equipo que ha desarrollado el fotofármaco ha sido liderado por Francisco Ciruela, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro) y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), junto con Kenneth A. Jacobson (EEUU), Ernest G. Nolen (Colgate University, EEUU) y Jordi Hernando (UAB).

El Parkinson es una enfermedad causada por la reducción de la dopamina -neurotransmisor que controla la actividad motora-, debido a la muerte progresiva de las neuronas dopaminérgicas.

La acción de los fármacos convencionales está limitada a menudo por varios factores -falta de especificidad espacial, distribución lenta e imprecisa, etc.- que pueden reducir su eficacia terapéutica.

Además, con el paso del tiempo, la eficacia del tratamiento tradicional contra el Parkinson (levodopa) va disminuyendo, y obliga a aumentar la dosis o bien cambiar el medicamento.

La optofarmacología es una disciplina innovadora que se basa en el uso de la luz -con una determinada longitud de onda- para controlar la actividad de los medicamentos y hacerlos más precisos.

Este primer fotofármaco con potencial terapéutico contra el Parkinson es un derivado fotosensible de un antagonista selectivo del receptor A2A de adenosina.

Algunos antagonistas de los receptores A2A son potenciales fármacos para combatir la enfermedad de Parkinson ya que participan en los mecanismos implicados en el control fino del movimiento.

Este primer fotofármaco es un compuesto químico inactivo hasta que es activado con luz del espectro visible (con una longitud de onda de 405 nanómetros) que no es perjudicial para el organismo.

Una serie de fibras ópticas -implantadas en el cuerpo estriado de los animales de laboratorio- facilita la irradiación de esta región del cerebro, responsable del control de la actividad motora.

Según Francisco Ciruela, «una vez el cuerpo estriado es irradiado con luz violeta, el fármaco activo se libera y bloquea el receptor A2A de adenosina, lo que tiene un efecto facilitador de la actividad de la dopamina».

Según Ciruela, «una precisión espaciotemporal más fina permitirá manipular los circuitos neuronales con más detalle y establecer su funcionamiento con fines terapéuticos y neuroprotectores».

«Hoy, además, hay tratamientos basados en implantar electrodos en el cerebro de enfermos de Parkinson para controlar la actividad eléctrica de las neuronas. Con la misma premisa, las fibras ópticas también podrían hacer llegar la luz a casi cualquier parte del cuerpo», ha concretado.

Según Ciruela, «con un sistema de liberación lenta del fotofármaco, por ejemplo, un parche acoplado con un sistema de irradiación controlado remotamente por una app al móvil, el médico podría controlar de una manera precisa la liberación de la dosis más eficaz del fármaco activo al sitio de acción».

Aunque la aplicación clínica de este fotofármaco en pacientes es un hito aún lejano, esta innovación farmacológica podría abrir camino a buscar nuevas terapias contra el Parkinson.

 

 

 

Vía: El Espectador

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