Alemania no revalidará en Rusia el título conseguido hace cuatro años en Brasil. La ‘Mannschaft’ ha caído este miércoles contra todo pronóstico a manos de Corea del Sur (2-0) y se despide de la Copa del Mundo a las primeras de cambio, después de tres partidos mediocres y con una falta de fútbol evidente.
El equipo de Joachim Löw, que se inclinó con justicia en su debut ante México (1-0) y superó casi de milagro a Suecia (2-1) en la segunda jornada, sucumbe así a la llamada ‘maldición del campeón’ y no podrá defender su corona el próximo 15 de julio en el estadio Luzhniki de Moscú.
Dos goles en el tiempo de descuento de la segunda mitad, uno de Kim Young-Gwon (m.92) otorgado por el VAR y otro de Son Heung-min (m.96) tras un fallo clamoroso de Manuel Neuer en el centro del campo, hundieron a la ‘Mannschaft’ y rescataron el honor de Corea, que se va del Mundial por la puerta grande.
Después de la agónica victoria sobre Suecia, gracias a un golazo de Toni Kroos en el quinto minuto de la prolongación, la vigente campeona del mundo afrontaba una nueva prueba de fuego ante la aguerrida Corea del Sur, que se aferraba a un milagro para poder llegar a octavos.
Los pupilos de Löw, con un ojo puesto en el México-Suecia, necesitaban sumar a tres para evitar sorpresas, ya que todo lo que no fuera ganar, unido a un resultado poco favorable en el otro partido del grupo, lo dejaría fuera del Mundial a las primeras de cambio, algo que no sucedía desde 1938.
Para ello, el seleccionador germano decidió retocar el once e introdujo cinco cambios con respecto al equipo que derrotó a Suecia, dos por obligación y tres por decisión técnica: entraron Özil, Goretzka, Khedira, Hummels y Süle por Müller, Draxler, Rudy, Boateng y Rüdiger, respectivamente.
En Corea del Sur, pese a que necesitaba ganar por dos goles, el técnico Shin Tae-young, que no pudo contar por lesión con dos piezas clave como Kim Sung-yueng y Park Joo-ho, adoptó una táctica similar a la que empleó contra México: un 4-4-2 replegándose atrás y buscando salir a la contra con dos ‘balas’ como son Koo Ja-cheol y Son Heung-min.
Si a la ‘Mannschaft’ le faltó chispa contra México y Suecia, la historia se repitió este miércoles en Kazán ante Corea. Lenta, sin ritmo, sin frescura y sin desborde -con Leroy Sané viendo el Mundial desde casa-, esta Alemania está a años luz de la que maravilló en Brasil hace cuatro años.
En la primera mitad llevaron el peso del partido los germanos, con el 75 % de la posesión -por momentos llegaron a picos del 85 %-, pero fueron los ‘Guerreros de Taeguk’ los que gozaron de las mejores ocasiones. Atascada Alemania, Corea del Sur era fiel a su plan: robar, salir con peligro y buscarle las cosquillas a Neuer. Y así lo hicieron.
Ya fuera porque no lograban dar tres pases seguidos o por las recurrentes faltas de los coreanos para cortar el ritmo, pero los germanos no conseguían inquietar al guardameta Choo Hyun-woo. De hecho, las mejores ocasiones en el primer tiempo fueron de los asiáticos, primero con un libre directo de Jung Woo-Young que se le escapó de las manos temblorosas a Neuer y más tarde con una volea de Son Heung-min que se fue por encima del travesaño.
Mejoró la ‘Mannschaft’ tras el descanso, y nada más llegar de los vestuarios, Goretzka, hasta entonces intrascendente, obligó a volar a Choo Hyun-woo, que sacó una mano salvadora a remate de cabeza que mantuvo a los suyos en el partido.
La tensión crecía en el campamento alemán, donde llegaban noticias de los primeros goles suecos en Ekaterimburgo. Todo lo que no fuera ganar a Corea supondría despedirse del Mundial. Ahí movió fichas Löw, que quitó a Khedira y a Goretzka para dar entrada a Mario Gómez y Thomas Müller, moviendo a Werner a la derecha y a Reus a la izquierda.
Tampoco le funcionaba el plan al campeón, que no conseguía penetrar la férrea línea de cinco atrás de los coreanos, muy cómodos esperando y replegados atrás y dejando sólo arriba a Son. El punta del Tottenham metió incluso el miedo en el cuerpo a los 25.000 aficionados germanos presentes en el Kazán Arena, radio en la oreja y atentos al partido de México y Suecia, con un disparo que se marchó fuera por poco.
Lo intentó a la desesperada Alemania, con el partido roto y el recién ingresado Brandt en el lateral izquierdo, pero ni así lograron. Quien marcó fue Corea, que lo hizo por partida doble en el descuento, primero con Kim, en un tanto que otorgó el VAR al comprobar que había tocado Kroos hacia atrás, y después con Son, después una contragolpe tras una pérdida de Neuer en el centro del campo. Así, con un error de su capitán, cerró Alemania su pobre participación en Rusia.
Con información de: El meridiano