El ex secretario de Exteriores asegura que el plan de May «es un Brexit sólo en el nombre», diez días después de su dimisión
El ex secretario de Exteriores Boris Johnson ha disparado a discreción contra la premier Theresa May y ha asegurado que su plan para el Brexit dejaría al Reino Unido «en un limbo miserable y permanente».
En su esperado discurso en el Parlamento, diez días después de su dimisión, Johnson advirtió a la premier que «no cometa el error de subestimar la inteligencia del pueblo» y aseguró que «aún no es tarde para salvar el Brexit».
Flanqueado por el ex ministro del Brexit, Davis Davis, pero entre numerosos escaños vacíos en las filas conservadoras, Johnson pidió a May que renuncie a su plan en 12 puntos impuesto a su gabinete en Chequers y recupere el espíritu de su discurso en Lancaster House en enero del 2017.
«Nunca convertimos la posición que teníamos entonces en una baza negociadora», recalcó Johnson. «Lo que ahora se propone a los británicos es un Brexit solo en el nombre, que equivale a un vasallaje económico».
El ex titular del Foreign Office evitó los ataques personales de May, a la que alabó por «su coraje y su resiliencia». Aun así, la criticó por haber consentido que la cuestión de Irlanda domine el debate: «Nadie quiere la vuelta a la frontera dura, pero pueden funcionar con dos jurisdicciones distintas, como de hecho ocurre ahora».
La propia May, ausente en el momento del discurso, reconoció no haber escuchado las palabras de su ex titular de Exteriores. La premier mantuvo el miércoles por la tarde una nueva reunión con el comité 1922 de parlamentarios tories para aplacar las iras y las divisiones creadas durante esta semana en la tramitación de la Ley de Aduanas, una de las piedras angulares del Brexit.
La premier reiteró su intención de negociar «un Brexit que funcione» y arropó a su nuevo ministro para la salida de la UE, Dominic Raab, en su primera misión negociadora que se celebra desde el jueves en Bruselas.
El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, reclamó entretanto la apertura de una comisión parlamentaria sobre la campaña ‘Vote Leave’, liderada en su día por Boris Johnson, recién multada por la Comisión Electoral británica por superar el «techo» fijado para gastos de campaña y por desviar fondos y coordinar ilegalmente sus acciones con la campaña paralela ‘BeLeave’.