Incendios descontrolados se han estado extendiendo por las localidades costeras en el este de Atenas, la capital de Gracia. Decenas de personas, incluyendo familias enteras con niños, han muerto en su intento por escapar las llamas.
Pero también hay incendios que están ardiendo en Suecia, hasta el Círculo Ártico en el norte, y otros que han causado extensos desastres en varios países en meses recientes, incluyendo Portugal, Reino Unido y Estados Unidos.
¿Qué es lo que está provocando estos infiernos y cómo podemos enfrentarlos?
Las llamas implacables
Los incendios pueden ocurrir espontáneamente en zonas de bosques o arbustos, encendidos por el calor del Sol o por un rayo.
Sin embargo, la mayoría de los incendios descontrolados -hasta el 90% en todo el mundo- son empezados por humanos, según los expertos.
La causa puede ser el carboncillo de una barbacoa, un cigarrillo arrojado o, inclusive, por piromanía. Con que haya combustible y oxígeno disponible, las llamas se aferran con facilidad.
Grecia tuvo un invierno y primavera inusualmente secos este año, dejando las praderas y matorrales particularmente inflamables, explicó Thomas Smith, profesor asistente de Geografía Ambiental del London School of Economics (LSE).
Además de la escasez de lluvias, el viento también es determinante en qué tan devastador puede ser un incendio, dependiendo de su fuerza y dirección.
«Las brasas encendidas pueden viajar muy lejos y encender llamas que pueden extenderse por kilómetros, dependiendo de su tamaño», dijo Smith.
Los incendios superficiales -que arden en el suelo forestal, por ejemplo- tienden a propagarse lentamente y pueden ser controlados más fácilmente.
De hecho, algunos incendios superficiales pueden ser buenos, comenta Cathelijne Stoof, una experta en incendios terrestres descontrolados de Holanda. «Ayudan en la regeneración de las plantas», añade.
«El problema se da cuando las llamas alcanzan las ramas bajas y luego se extienden a las copas de los árboles. Ahí es cuando no se pueden frenar».
La parte más peligrosa de una llamarada se conoce como la cabeza del incendio, señala Thomas Smith.
Está impulsada por el viento y es muy difícil de contener porque sus llamas son muy largas.
Pero no es únicamente la madera y el pasto los que rápidamente se convierten en el combustible que alimenta los incendios descontrolados. Las casas y vehículos cercanos pueden contener materiales como plásticos y cauchos que prenden llama fácilmente.
Los peligros
En Grecia, los automóviles se incendiaron antes que los árboles verdes circundantes porque eran más inflamables. Y no tuvieron que ser tocados por las llamas para encenderse.
«Se trata de la cantidad de energía que despiden las llamas», dice Smith. «Los automóviles pueden estar a decenas de metros de distancia y todavía puede ser suficientemente cerca para que se enciendan».
Desafortunadamente, con frecuencia mueren personas al intentar escapar un incendio descontrolado.
Muchas de las víctimas en Grecia quedaron atrapadas en congestiones de tránsito a medida que la gente trataba de huir lo más pronto posible, según el experto den manejo de riesgo forestal, Alexander Held. La situación pudo haberse evitado si hubiese un mejor plan de evacuación, indica.
El combustible fine, como los arbustos secos, deberían ser despejados de los costados de las carreteras y de las casas para evitar que las llamas se acerquen, expresa.
«Esta era una bomba de tiempo esperando explotar«.
El calor y las llamas son los peligros más inmediatos que enfrentan las personas durante un incendio descontrolado.
No obstante, el humo también puede ser dañino, especialmente si se sufre de asma o de una enfermedad pulmonar, o se está expuesto al humo durante semanas o meses.
Aunque el humo producido por la vegetación incendiada es tóxico, usualmente desaparece rápidamente.
El humo que sale del plástico o el asbesto incendiado en las casas puede ser mucho más peligroso.
Además del cambio climático, los diferentes usos que se les ha dado al campo a lo largo de los siglos han conducido a más incendios descontrolados en algunos lugares del mundo, según los expertos.
«El el sur de Europa solía haber pequeños campos de agricultura y la gente administraba esas tierras», comenta Cathelijne Stoof.
«Pero en el siglo XX, la gente se mudó y los campos quedaron con exceso de vegetación. Así que, cuando se da un incendio, se propaga mucho más fácilmente»,
En el caso del enorme incendio cerca de Saddleworth Moor, en el noroeste de Inglaterra, no sólo fue la vegetación la que se incendió.
«Definitivamente, este incendio penetró el suelo», asegura el doctor Thomas Smith. El suelo de ese páramo está hecho de turba, que es rica en carbón y necesita poco oxígeno para quemar, explica.
«El incendio penetra el subsuelo y quema lentamente… lo que lo hace mucho más difícil de apagar».
Combatiendo el fuego
Los bomberos tienen una gama de técnicas para combatir el fuego privándolo de oxígeno o combustible. Necesitan estar capacitados para reconocer qué técnica funcionará mejor.
En los recientes incendios en Reino Unido, utilizaron batidores y mangueras para extinguir las llamas.
Aviones y helicópteros que lanzan agua y agentes retardadores que contienen fertilizantes también pueden servir para contener la propagación de las llamas.
Los expertos dicen que uno de los métodos más efectivos en el combate contra los incendios descontrolados es creando zonas de despeje de vegetación.
Pero esa es una tarea «sucia y difícil», según Alexander Held, y no es una opción que es siempre bien vista por el público.
«Se pueden enviar muchos helicópteros y aviones, pero sin equipos humanos en el campo no se va a apagar», insiste.
Cathelijne Stoof coincide en la importancia de crear zonas de despeje: en algunos lugares, los bomberos iniciarán fuegos controlados para restarles energía a las llamas que tratan de contener.
Dice también que la prevención de incendios y el manejo de tierras deberían ser algo más «atractivo» de lo que es en la actualidad.
Equipos de bomberos bien entrenados pueden entender el comportamiento del fuego y escoger la mejor manera de responder, manifiesta. Pero las llamas también pueden ser impredecibles.
«Es peligroso. Por eso respeto mucho a las personas que dan todo de sí para salvar a los demás».
Este artículo fue escrito por Jasmine Taylor-Coleman, de BBC News.