Es normal que los niños alguna vez digan una mentira blanca, sin embargo, cuando esta conducta es reiterativa y los engaños se tratan de asuntos serios, es importante que prestemos atención a lo que nos estamos enfrentando, pues puede ser el reflejo de un problema mayor.
La psicóloga Yajaira Nucette indicó que esta conducta puede ser una respuesta a alguna sensación que esté viviendo el pequeño, “puede tratarse de angustia, miedo, frustración u otros sentimientos producto de alguna situación que el niño esté experimentando, de tal manera que es necesario ver cuáles son sus antecedentes”, explicó.
La experta en el área ofreció algunos consejos para mejorar esta conducta:
Las conversaciones son importantes. Hablar y explicarle la importancia del valor de la sinceridad ayudará a que comprenda por qué no está bien mentir.
No le hagas sentir mala persona. No refuerces lo mal que están sus acciones, convérsale de lo positivo que es actuar con valores.
Establece metas. Una cartelera o libreta de premios lo incentivará a tener propósitos de buen comportamiento.
Finalmente, la especialista explicó que si las mentiras son frecuentes y en todos los contextos, como es la escuela y en otros entornos, es crucial asistir con un especialista, pues puede tratarse de algún trastorno.