El hijo de Carolina de Mónaco utilizará el Malizia II, su velero de competición, para medir los niveles de contaminación en los océanos
Pierre Casiraghi ha interrumpido sus vacaciones familiares en Saint-Tropez, en la Costa Azul, para viajar a Hamburgo, donde ha presentado su nueva cruzada contra el cambio climático. El hijo de Carolina de Mónaco, amante del mar y defensor de las causas medioambientales, lanzó hace unos días en la ciudad alemana el Malizia Ocean Challenge, un proyecto de investigación de los niveles de contaminación en los océanos.
A orillas del río Elba, frente a la espectacular Filarmónica de Hamburgo diseñada por Herzog & de Meuron, Pierre y el regatista Boris Herrmann revelaron los detalles de esta nueva aventura. En noviembre de 2020, coincidiendo con la regata Vendée Globe, la más difícil del mundo, Herrmann iniciará una travesía en solitario a bordo del Malizia, el velero de competición de Casiraghi. Con la ayuda de unos sensores instalados a bordo de la embarcación, medirá los niveles de dióxido de carbono y sal y la temperatura del agua.
El grupo automotriz BMW ha equipado al Malizia con tecnología de punta para esta travesía. El equipo de Casiraghi recogerá datos que luego serán analizados por el Instituto Max Planck para la Meteorología y el GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research de la Universidad de Kiel. Según se anunció ayer, el propio Pierre acompañará a Herrmann en partes del trayecto alrededor del mundo.
El hijo de Carolina de Mónaco está muy involucrado en varios proyectos para la conservación de los océanos y ha encontrado en el Grupo BMW, líder en soluciones de movilidad sostenible, un socio perfecto. La automotriz alemana ha provisto al velero Malizia de la última tecnología para reducir las emisiones a cero y de equipamiento electrónico para realizar las mediciones que luego analizarán los científicos.
Durante algunas escalas de la travesía, Casiraghi y Herrmann, así como la tripulación del Malizia, recibirán a alumnos de escuelas de todo el mundo a bordo para concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de preservar los océanos. Los regatistas también realizarán excursiones con niños por alta mar para que descubran el placer de navegar.
Los científicos creen que al menos el 30 por ciento del dióxido de carbono de la atmósfera es absorbido por los océanos. Esto afecta a los organismos vivos en el mundo submarino. Investigar los efectos de la contaminación y el cambio climático en el mar es crucial. En 2020, Herrmann y Casiraghi navegarán por el Atlántico y podrán recolectar información clave para comprender el flujo global de las emisiones.