El aceite de coco se ha ganado y perdido su reputación como el llamado súper alimento en los últimos años. Eso es correcto, según un profesor de Harvard que lo ha etiquetado como “veneno puro”.
Karin Michels, profesora del departamento de epidemiología de Harvard T.H. Chan School of Public Health, explicaba recientemente durante una conferencia en la Universidad de Freiburg, Alemania, que, independientemente del asesoramiento ofrecido por gurús de salud en línea no calificados y autoproclamados, el consumo de aceite de coco conlleva una gran cantidad de riesgos para la salud.
Según una traducción de Business Insider Deutschland, en su conferencia “Aceite de coco y otros errores nutricionales”, Michels explicó que la sustancia representa un mayor riesgo para la salud del corazón que la manteca de cerdo, ya que está compuesta casi por completo de ácidos grasos saturados. Se cree que estos bloquean nuestras arterias.
Generalmente, las grasas empacadas con ácidos grasos son aquellas que son sólidas a temperatura ambiente. De acuerdo con la Asociación Estadounidense del Corazón, la persona promedio solo debería consumir alrededor de 11 a 13 gramos de grasa saturada por día, o 5 a 6 por ciento de sus calorías diarias totales.
Las grasas insaturadas como las que se encuentran en el aceite de oliva, por otro lado, también se deben comer con moderación, pero podrían mejorar el colesterol en la sangre.
Michels es la última en cuestionar los beneficios para la salud del aceite de coco. El año pasado, la Asociación Estadounidense del Corazón actualizó su asesoramiento científico, instando al público a evitar el consumo de aceite de coco, si es posible.
Tras un análisis de más de 100 estudios que datan de la década de 1950, los investigadores concluyeron que las grasas saturadas aumentan el llamado colesterol malo, o LDL. Se descubrió que el aceite de coco aumenta los niveles de LDL en siete ensayos controlados.
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