El Orinoco, el Caura y el Caroní están rebosantes de agua. Tanta que ha tomado espacios vitales en cuanta ciudad y pueblito se le atraviesa por el camino. Y sin embargo, los ciudadanos de todo el Estado Bolívar, de uno de los dos grandes reservorios de agua dulce del mundo, parecemos camellos pues no disponemos ni de una gota de este tan preciado líquido en nuestros hogares. Quien así se expresa es el líder de los ecologistas en la capital, Rómulo Dommar Pasarella.
Esta gran paradoja-una región abundada en agua y unos ciudadanos sin acceso a ella-constituyen una situación además de penosa, denigrante e imperdonable. La situación de carencia del servicio de agua corriente y potable es común a la capital, a las grandes ciudades y al más humilde de los caseríos del Estado Bolívar- continuó Dommar- pero en Ciudad Bolívar, en nuestra gran capital, el drama del agua parece una ópera bufa. Es incomprensible que en una ciudad localizada a orillas del Río más grande del país, y que está rebosante, los habitantes estemos pasando las de Caín por una gota de agua.
La ciudad- explicó el ecologista- cuenta (teóricamente) con 3 acueductos distribuidos por toda su superficie. En primer lugar está el acueducto de Perro Seco, el más viejo de la ciudad, y que abastece a Catedral y las partes bajas (viejas) de La Sabanita, Vista Hermosa y Agua Salada; el acueducto del Guri (mas apropiadamente de Tocoma) que surtiría a la parte alta de la ciudad y el rimbombante Acueducto Del Oeste que debería atender a La Sabanita, José Antonio Páez y Agua Salada.
Y, como cosa curiosa e inexplicable, ninguno de los 3 acueductos está cumpliendo con su cometido. Especial atención debe merecer el caso del Acueducto del Oeste, obra valorada en millones de dólares, donde se dilapidaron millones de millones de bolívares en publicidad, que movilizó a medio gabinete presidencial cuando su “inauguración” y que nunca ha funcionado y que la prueba realizada parece indicar fallas estructurales y de diseño que podrían ser insuperables. Pero lo más grave de todo esto es que los guayaneses sufrimos este drama mientras el gobernador, el alcalde y la presidencia de HIDROBOLÍVAR se niegan a tan siquiera rendirnos explicaciones de que es lo que está ocurriendo con nuestros acueductos, por qué estamos sin servicio de agua potable en medio de tanta abundancia. Gobernador, alcalde e HIDROBOLÍVAR deben dar la cara ante problema del agua. Y para ello, debemos reactivar la iniciativa ciudadana impulsada a principios del año pasado donde un grupo de ciudadanos solicitamos al Consejo Legislativo del Estado Bolívar una iniciativa mediante la cual se interpelara al Gobernador, Al Alcalde del Municipio y al Presidente de HIDROBOLÍVAR (responsables directos de la situación) para que nos rindieran cuenta a los ciudadanos de qué es lo que verdaderamente está ocurriendo con el problema del agua en Ciudad Bolívar. Esta es la hora de la unidad y el accionar ciudadano, hora de despertar del largo letargo que hemos sufrido y comenzar a reclamar nuestros derechos. Los gobernantes son nuestros empleados, nosotros somos los jefes, por ello deben rendirnos cuentas y realizar las tareas para las cuales fueron contratados. Con información de Romulo Domar
