La familia se muestra ilusionada, aunque prudente, y está a la espera de conocer las novedades
El asesinato de Sheila Barrero, la joven asturiana de 22 años que murió como consecuencia de un disparo en 2004, se volverá a investigar en los juzgados. En realidad, en los 14 años que han transcurrido desde la trágica noche en la que fue hallada muerta en su coche, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no ha dejado nunca de lado el caso. Fruto de este esfuerzo en los últimos días se ha producido una importante novedad: el diario ‘El Comercio’ cuenta que el grupo encargado del caso mantuvo una entrevista a mediados de septiembre con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Ignacio Vildau, y representantes de la Fiscalía, tras la cual se tomó la decisión de reabrir el caso, que había sido sobreseído hace diez años por falta de pruebas.
Era algo que la familia de Sheila Barrero venía reclamando, empezando por su madre, Julia, quien se muestra prudente. «Es una buena noticia, pero no quiero hacerme ilusiones, han sido ya muchos disgustos y sinsabores durante todos estos años…», dice. No ha trascendido cuál es la novedad o línea de investigación que ha llevado a tomar esta decisión. Tampoco tienen aún la confirmación de la reapertura del caso por parte de sus abogados, una noticia que, según ha publicado la hermana de Sheila en Facebook, esperan lograr hoy mismo. «Queremos esperar por prudencia hasta que ellos nos digan algo… Estamos a la expectativa a ver qué pasa», insiste la madre de la joven.
El asesinato de Sheila tuvo lugar la madrugada del 25 de enero de 2004. Aquella noche la joven salió de copas con unos amigos, pero nunca regresó a su casa. Había pasado varias horas en Villablino (León) y se disponía a volver a la localidad de Degaña, donde residía, pero alguien la mató de un disparo en la nuca. El casquillo apareció en el vehículo y se sabe que pertenecía a un arma del calibre 6,5.
El principal sospechoso del crimen fue un exnovio de Sheila que llegó a dar positivo en las pruebas de pólvora en las manos. Sin embargo, pudo demostrar que unos días antes había estado cazando y el caso se cerró por falta de pruebas. Según su abogado «él sería el primer interesado en que se resolviese el crimen para demostrar su inocencia ante la sociedad, pero aunque quedó en libertad sin ningún cargo, entre la gente siempre puede quedar la duda… así que solo esperamos que se resuelva pronto, sería lo mejor para todos».
Por su parte, la familia no ha cesado de pedir en estos años que se haga justicia «y que no se olviden de Sheila».