Todos los días una persona es diagnosticada con problemas de hipertensión. La mayoría de los casos no presenta sintomatología previa al diagnóstico, debido a que la hipertensión arterial es considerada una enfermedad crónica y es una de las principales que genera más muertes.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera que esta enfermedad es la causante de la mitad de las enfermedades cardiovasculares derivadas de un trastorno presente en el corazón o en los vasos sanguíneos como por ejemplo una cardiopatía coronaria, enfermedad cerebro vascular, insuficiencia cardiaca, cardiopatía congénita o n su defecto miocardiopatías.
En la línea de las enfermedades crónicas que acaban con más muertes la hipertensión está situada en el primer puesto, luego le sigue los cánceres, enfermedades hepáticas y pulmonares.
“La hipertensión individualmente es la más mortal, y ésta se define como el aumento de la presión dentro de los vasos sanguíneos en las arterias” explica el cardiológo Freddy Febres.
Es importante aclarar que la hipertensión desequilibra los valores de la tensión sistólica (alta), que es la que se encarga principalmente de aumentar la presión en las arterias cuando el corazón bombea la sangre al resto del cuerpo, y de la tensión diastólica (baja) que su principal función es mantener la presión dentro del corazón mientras éste no se encuentra bombeando el plasma, mientras se carga para bombear de nuevo.
“Aproximadamente hace tres años se decía que una persona que tenía una valor comprendido de igual o más de 140 en presión alta y más de 90 en baja era una persona hipertensa, en ese momento eso determinó que el 32% de las personas que tienen más de 20 años padecían de hipertensión” explicó el también endocrinólogo.
Actualmente, señala, 48% de la población juvenil con más de 20 años son considerados hipertensos, “un ejemplo de ellos es cuando una persona se mide la tensión y el medidor expresa un valor de 130 de alta y 82 de baja, estaría padeciendo de hipertensión grado 2, está persona puede sentirse bien y no saber que lo está padeciendo” agregó el facultado.
Al padecer esta enfermedad se le aúnan otros problemas crónicos, que por lo general pueden complicar o acelerar el la transcendencia de la misma enfermedad.
Se recomienda que después de los 20 años se debe tener un seguimiento y control en los valores de la presión.
“Se requiere un diagnostico por parte de un profesional, ya que él se encargará de mediarla entre 2 a 3 veces para cerciorarse de que se es hipertenso; A partir de los 40 años existen más razones para medirla y a los 60 años en adelante ya son considerados hipertensos”.
