En tiempos de reconversión monetaria y de una hiperinflación que consume el salario del venezolano, se hace oportuno recordar aquella familia de billetes que en un tiempo nos alcanzaba para todo y regresábamos el restante.
Una época añorada por muchos, porque con 20 bolívares podías comprar en la bodega varios productos de primera necesidad.
Ese, sí fue el bolívar fuerte que soportaba cualquier gasto familiar, y aunque había inflación, era manejable la economía y existía poder adquisitivo, ese que se ha perdido en épocas de revolución.
Muchos aún conservan esta familia de monedas que trae los mejores recuerdos de la Venezuela que hoy queremos para todos.