Según los datos ofrecidos por el decano Emigdio Balda, 292 profesores y 1.600 estudiantes han abandonado la facultad, principalmente por razones económicas. También 50% de los investigadores se ha retirado
El colapso que padece la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a causa del déficit de profesores, la deserción estudiantil, el presupuesto insuficiente y las fallas de infraestructura fue uno de los temas denunciados en la asamblea intergremial, que este lunes se llevó a cabo en el auditorio de la Escuela de Farmacia de esa casa de estudios.
El decano de la Facultada de Medicina, Emigdio Balda, destacó el caso alarmante que tienen con el cuerpo docente en la principal fuente de formación de médicos del país. «Se nos han ido 40% de los profesores. De 730 que teníamos, se han marchado 292 docentes. Las causas son principalmente las mejoras económicas que encuentran en otras latitudes», dijo.
Igualmente se refirió a la deserción escolar, la cual ronda 65% en toda la UCV, pero en la Facultad de Medicina alcanza 40%, la cifra más elevada entre todas las áreas de esa casa de estudios. De 4 mil estudiantes que normalmente tenían, quedan 2.400. Unos 1.600 abandonaron la carrera por falta de recursos o por emigrar del país.
También señaló que «40% de los médicos residentes ha abandonado sus cargos. Entre las razones figuran la imposibilidad de mantenerse económicamente, la inseguridad y las malas condiciones de las infraestructuras en las que deben trabajar».
La falta de docentes ha afectado la calidad académica, pues, se han visto obligados a reducir el número de cátedras así como de horas de clases. «Esta situación puede traer consecuencias a futuro, porque un médico mal preparado puede matar a un paciente por desconocimiento», advirtió el profesor Víctor Márquez, miembro de la Asociación de Profesores de la UCV (APUCV).
Sobre el aspecto económico de la facultad, Balda destacó que el financiamiento para realizar investigaciones ha disminuido en 75%. «El 50% de los investigadores que teníamos emigraron», dijo el decano.
«Nuestro personal obrero y administrativo sufrió una disminución del 30% al 45%. De 39 operadores administrativos solo quedan nueve, y contamos con 32 vigilantes cuando deberíamos tener cien», manifestó Balda.
A principios de este año, recibió como presupuesto para la facultad la cantidad de 153 millones de bolívares fuertes (1.530 bolívares soberanos), que no alcanzaron para nada, destacó.
Las condiciones de todos los edificios de Medicina son caóticas, pues presentan filtraciones, grietas, fallas con cableado e iluminación, además de no contar con el servicio de agua potable con la regularidad que deberían, lo cual, entre otros problemas, les impide mantener los espacios debidamente aseados, describió.
No obstante, el docente manifestó que «a pesar de las dificultades seguimos creyendo en nuestros estudiantes, en nuestros profesores y en nuestra universidad. Nunca cerraremos esta facultad, lo prometo».