Juan Karlos González, aspira ser reconocido como un artista cinética que representa una nueva onda de esta corriente artística de la cual Soto y Cruz Diez son sus máximos representantes. Sus investigaciones sobre el color y el movimiento han creado lo que conduce a una obra resultado de lo abstracto, para conseguir su pureza y coherencia filosófica.
Los colores de sus obras son resultado de la descomposición realizada a través de la computadora, presenta en tramacromías y creaciones que generan colores a partir de los que están en las composiciones.
Afirma el artista que el proceso de creación inicia luego de que vectoriza las fotografías, dejando lo más básico: lo simbólico e iconográfico. “Voy extrayendo los colores y los voy degradando, resultan en obras con tramacromías o girocromías (que giran), y luego se arman creando movimiento aparente; claro, cuento con un equipo que me ayuda en el armado, luego de la impresión en un plotter de cama plana”.
El espectador verá una serie de muestras que lo envuelven en la evolución del nuevo cinetismo, le permiten experimentarlo de una nueva forma. La vivacidad de los colores y las figuras que resultan en otras, transforman lo observado por el espectador.
El Puente Angostura, se repite en su obra como ícono de la ciudad y muestra representativa del gentilicio bolivarense. Se inspira en Viajera del Río, “vienen a mí muchos recuerdos de las letras del Maestro Yánez, en este caso quiero proyectar el Puente, para mí significa lo mismo que el Ávila para Cabré, quiero que sea apreciado por todos también”, dijo.
La exposición itinerante “Neocinetismo”, es su primera exposición individual, compuesta por quince obras, que están conformadas por un tributo a Soto, en la cual trató de plasmar los cuadrantes, hizo una síntesis de color. “Con estas piezas muestro una narrativa visual de mi experiencia, desde niño sentí la inquietud del arte en mi mundo”.
Juan Karlos manifestó que esta exposición es una transición que vive porque siente que pasa de lo figurativo a lo abstracto. Como parte de la exposición presenta varios retratos, entre ellos uno al Maestro de la bandola, para celebrar sus 45 años de vida artística, llamada Gerson y su Gran Sabana.
También hace tributo al Tío Simón, con una imagen iconográfica en blanco y negro, aparece con su sombrero y su característica sonrisa, asimismo los integrantes de Serenata Guayanesa tienen la suya.
Retratos
González espera que el público se imagine y pueda pensar retratos en arte cinético en blanco y negro, sepia o colores como exponente de esta corriente artística para el público venezolano y del mundo.
“Estoy haciendo una serie de retratos de importantes personajes que han marcado huella en el mundo”, dijo.
Por otro lado, González busca ofrecer arte con un lenguaje universal, pero propio, con la finalidad de traspasar fronteras y dejar el nombre de Venezuela en alto, argumenta. Cree que mientras haya interés de seguir llevando el arte cinético se mantendrá en el tiempo, su propuesta en una nueva onda.
Comenzó como todo artista, haciendo figuraciones, imitando a la naturaleza, le gustan mucho los colores planos. Eso lo hizo escoger el diseño gráfico sin embargo, cuando se graduó decidió combinar ambas corrientes y fusionó el arte óptico o cinético con la nueva figuración.
“Aunque estén divorciadas o los expertos digan que no se pueden mezclar, yo lo mezclé y el resultado es agradable a la vista”.
Tiene como proyecto exponer en Puerto Ordaz, municipio Caroní luego ir al Oriente del país para cerrar en la capital de la República para encontrar un representante que lo lleve a exposiciones, ferias de arte que permita la monetización de sus obras, ya que utiliza materiales como acrílicos y PVC, los cuales son altamente costosos.
Icono bolivarense
Juan Karlos González presenta la propuesta de una obra que represente a la ciudad, la cual tiene más de diez años en proyecto, está buscando financiamiento: el artista plantea una Sapoara que simbolice la riqueza pesquera que el Orinoco da a los bolivarenses y visitantes, mide 7 metros de alto, la base es de granito, y la estructura estaría hecha por dentro de hierro y encapsulado en PVC y un acabado en fibra de vidrio para que los colores perduren en el tiempo.
“Ese es mi legado, cada quien tiene que poner su grano de arena para hacer una mejor ciudad, pero para ello debe tener espacios públicos, donde los habitantes puedan reunirse y compartir. Esta premisa está sustentada en la necesidad de la existencia de más lugares cotidianos, “ya que los centros comerciales no lo son, los artistas de esta capital queremos convertir a Ciudad Bolívar en un gran museo urbano, para que no sea sólo una urbe histórica sino que sea una capital cultural de Venezuela ya que la riqueza en las artes de nuestros cultores es amplia”.