Por un lapso de 24 horas, la ciudad de Madrid prohibió la circulación de los automóviles más contaminantes, para hacer frente a un pico de contaminación de la capital española.
En concreto, los vehículos de gasolina anteriores al año 2000 y los de diésel anteriores a 2006, que representan el 17% del parque automotor en Madrid, no pueden circular por el centro de la urbe de casi 3,2 millones de habitantes.
La prohibición corresponde al nivel 2 de un dispositivo antipolución en vigor desde octubre. La alcaldía madrileña anunció que esta medida será levantada el jueves, gracia a la disminución de la contaminación y la mejora de las condiciones climáticas.
El regimiento, gobernado por la izquierda, inauguró a finales de noviembre otro ambicioso dispositivo para la restricción del tráfico que busca reducir en un 40% las emisiones de gases en su casco histórico.
Madrid sigue así la senda de otras ciudades de Europa, como Londres, Estocolmo o Milán optaron por imponer peajes para acceder a su centro histórico.
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