La vicepresidenta Ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, destacó que «el Gobierno Bolivariano está tomando acciones y seremos muy severos con las normas para impedir que se altere la tranquilidad ciudadana» con motivo de la marcha de la oposición de este miércoles 23 de enero. Rodríguez señaló que grupos terroristas «aupados y pagados por sectores extremistas de la derecha han optado por el camino del golpe de Estado, de la desestabilización y pretenden que volvamos a las páginas oscuras de la violencia». Durante sus declaraciones denunció a su homólogo estadounidense Mike Pence de originar escenarios de violencia en Venezuela, y lo emplazó a ocuparse de los problemas internos de su país que tienen bastante en materia de seguridad, salud, racismo y pobreza, «ocúpese de los asuntos de los Estados Unidos que aquí hay un gobierno que se va a ocupar de Venezuela», destacó la Vicepresidenta.
Por su parte el vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, anunció que un total de 11 armas de guerra, de las 51 sustraídas el lunes del destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ubicado en Petare, se encuentran en poder de grupos de derecha con la intención de ser utilizadas en focos de violencia que serían generados durante la movilización de este miércoles.
El representante de la cartera de información manifestó rotundo rechazo a la quema de la casa de la Juventud «Robert Serra» y del Monumento José Félix Ribas en la parroquia La Pastora y también acusó al Vicepresidente de los Estados Unidos de haber ordenado a «terroristas» promover actos de violencia en la manifestación opositora «para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro». En otras declaraciones emitidas por el fiscal general de la República, Tarek William Saab, aseguró que el Ministerio Público (MP) actuará de forma «severa» contra quienes pretendan reeditar las protestas o «guarimbas» de los años 2014 y 2017.
Comparó la actual situación del país con las manifestaciones conocidas como «La Salida» en 2014 y las protestas antigubernamentales de 2017. Responsabilizó a «un sector radical y minoritario» de la oposición, representada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó del partido Voluntad Popular de pretender generar violencia.
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